La guerra comercial entre Estados Unidos y China continúa intensificándose. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha respondido a las últimas medidas comerciales del gigante asiático con la imposición de aranceles del 100% a partir del primero de noviembre. Además, Trump ha dicho que podría suspender la reunión de aquí a tres semanas con el presidente chino, Xi Jinping, ya que lo acusa de querer controlar la exportación de ciertos minerales y tierras raras desde China al resto del mundo: «¡Están pasando cosas muy extrañas en China! Se están volviendo muy hostiles y envían cartas a países de todo el mundo diciendo que quieren imponer controles de exportación a todos y cada uno de los elementos de producción relacionados con tierras raras y prácticamente a cualquier otra cosa que se les ocurra, incluso si no está fabricada en China«, ha exclamado el magnate estadounidense en una publicación en su red social, Truth Social, que ya se ha convertido en su canal oficial personal.
El presidente estadounidense denuncia que los movimientos que están llevando a cabo desde China «obstruirían los mercados y dificultarían la vida en prácticamente todos los países del mundo, especialmente en China». Teniendo en cuenta esta situación, Trump asegura que varios países se han puesto en contacto con la Casa Blanca atemorizados por las políticas chinas, motivo por el cual considera que debe actuar en respuesta. Por eso, considera que no se puede permitir que China tenga al mundo «cautivo» y monopolice ciertos minerales. «EE.UU. también tiene posiciones de monopolio, mucho más fuertes y de mayor alcance que las de China. Simplemente, no he decidido utilizarlas, nunca hubo razón para hacerlo, hasta ahora«, ha rematado Trump, haciendo una muestra de su poder comercial para dejar clara su postura en la guerra comercial.

Trump se retracta de la reunión con Xi Jinping
Aparte de amenazar con aranceles del 100% sobre todos los productos chinos, además de mantener los aranceles ya impuestos hasta ahora, el presidente estadounidense también se ha echado atrás de la reunión con su homólogo chino, a pesar de que en los últimos meses se habían acercado bastante las posiciones entre las dos potencias internacionales. Ahora, sin embargo, parece que la reunión entre presidentes no se llevará a cabo: «No he hablado con el presidente Xi porque no había razón para hacerlo. Esto ha sido una verdadera sorpresa, no solo para mí, sino para todos los líderes del mundo libre. Tenía que reunirme con el presidente Xi en dos semanas, en el APEC, en Corea del Sur, pero ahora parece que no hay razón para hacerlo», ha rematado el magnate estadounidense.
Trump ya comienza a calcular los próximos pasos de la guerra comercial a la espera de los próximos movimientos del gobierno chino: «Por cada elemento que han podido monopolizar, tenemos dos. Nunca pensé que llegaría a esto, pero quizás, como con todas las cosas, ha llegado el momento. En última instancia, aunque potencialmente sea doloroso, será algo muy bueno, al final, para EE.UU. Una de las políticas que estamos calculando en este momento es un aumento masivo de los aranceles sobre los productos chinos que entran a Estados Unidos. Hay muchas otras contramedidas que, también, se están considerando seriamente», argumenta el inquilino de la Casa Blanca. De momento, sin embargo, el primer paso es imponer aranceles del 100% sobre los productos chinos, los cuales se añadirán a los gravámenes ya impuestos: «También el 1 de noviembre impondremos controles de exportación a todo el software crítico. Es imposible creer que China haya tomado esta acción, pero lo ha hecho», concluye.