Cataluña sufre un gran déficit en inversión en infraestructuras, no es ningún secreto. Sin ir más lejos, apenas hace un año el gobierno español informó que solo había ejecutado un 35% de las inversiones previstas en Cataluña durante el 2021. Para intentar poner manos a la obra, la Cambra de Comerç de Barcelona ha presentado un informe para acabar con la lacra del déficit en infraestructuras que sufre el país desde hace décadas. Según este informe, Cataluña necesita una inversión acumulada de 50.915 millones de euros hasta el 2040 para corregir el déficit de stock en infraestructuras, un dato que supone una inversión de 2.800 millones anuales.
El análisis, presentada este martes en rueda de prensa por la presidenta de la corporación, Mònica Roca, y la directora de Infraestructuras, Alícia Cassà, subraya la necesidad de incrementar el gasto bruto anual en infraestructuras en Cataluña para converger con el 19% del stock total estatal, siguiendo la pauta definida en su día en la disposición adicional tercera del Estatuto. Así mismo, señala el incumplimiento sistemático del Estado en cuanto a la ejecución de las inversiones presupuestadas.
Cercanías, la gran prioridad
Si pensamos en guapa de inversión en Rodalies lo primero que nos viene a la cabeza es el estado en el cual se encuentra Cercanías. Para la Cambra los déficits en la red de ferrocarril de Cataluña y la falta de calidad del servicio que se traducen en un peso más grande del vehículo privado, un hecho que habrá que corregir en los próximos años en el contexto de emergencia climática. En esta línea, la Cámara recuerda que en 2019 los desplazamientos de conexión con Barcelona en coche fueron notablemente superiores (750.000) a los de Cercanías-Renfe, FGC y el Tranvía (450.000). De hecho, el peso de Cercanías en la movilidad interurbana del sistema de transporte metropolitano ha pasado del 43% al 34% entre el 1996 y el 2019.
Es por eso que la corporación reclama asegurar la segunda fase del Plano de Rodalies cuanto antes mejor, puesto que consideran que es vital para parar esta tendencia de desinversión que sufre Cataluña. También apuntan que para llegar a este hecho, haría falta que el Estado y la Generalitat se empezaran a poner de acuerdo, un hecho que no se ha acabado de dar en los últimos años.

A la vez, la Cambra también apunta que es necesario finalizar, de cara al 2030, varias actuaciones que ya en marcha o previstas por FGC y la construcción de intercambiadores con el objetivo de crear una red que permita incrementar la cuota del transporte público en la movilidad metropolitana. La inversión total estimada por parte de la Generalitat de Cataluña para hacer posible esta red en el horizonte 2030 sería de 1.440 millones de euros, mientras que la inversión destinada a los intercambiadores y park&ride, una acción que afecta diferentes administraciones, se situaría en 885 millones de euros.
De cara al largo plazo, reclaman empezar a estudiar los nuevos proyectos que se tendrán que empezar a implementar hacia el 2040, con miras en el objetivo de neutralidad climática para el 2050. Acciones como el tercer túnel de Cercanías y el nuevo túnel para conectar el Vallès y Barcelona. En este horizonte, la inversión estimada por el Estado es de 5.600 millones de euros y 900 millones por parte de la Generalitat.
Un corredor mediterráneo deficiente
El otro gran agujero negro de las infraestructuras en Cataluña es, sin duda, el corredor mediterráneo. Actualmente, esta infraestructura se encuentra en un importante proceso de transformación por la implantación del ancho internacional y la liberalización de operaciones. Aun así, la Cambra recuerda que se trata de una infraestructura con una limitación de capacidad para cumplir los objetivos de incremento de cuota ferroviaria marcados por Europa por culpa de la planificación claramente deficiente que se ha hecho de las vías.
En esta línea, la corporación ha identificado una serie de proyectos asociados a este corredor -con una inversión de 1.975 millones de euros para el periodo 2025-2030- que darían la vuelta a la planificación de la vía. En esta línea, la Cambra apunta sobre todo a la provisión de la capacidad adicional que hará falta para responder a los desafíos de un corredor tiene que mirar hacia Europa. Es por eso que la Cambra asegura que es imprescindible transformar a ancho internacional las líneas convencionales para canalizar los trenes de mercancías en ancho internacional y separarlas de los servicios de pasajeros si no se quiere que colapse la vía. Así mismo, la corporación alerta de la tensión en el ámbito de Tarragona, con un tráfico creciente de pasajeros y mercancías que hace necesario establecer una nueva línea de mercancías en el interior.
Hay que ampliar el aeropuerto del Prat
El otro gran punto de conflicto es el aeropuerto del Prat y su potencial ampliación. En este sentido, la Cambra considera que una vez quedó descartado el proyecto de ampliación de 1.700 millones, el futuro de esta infraestructura continúa siendo una incógnita mientras se recupera progresivamente la actividad después de la pandemia.
En este sentido, la Cambra grita a las administraciones y gobiernos a «definir con urgencia» el modelo de aeropuerto que se quiere por la Cataluña y Barcelona, que, desde su punto de vista, tendría que estar orientado a incrementar la conectividad de largo radio, y no renunciar al acceso directo de la línea de Alta Velocidad al Aeropuerto de Barcelona.
Sea cual sea la fórmula adoptada, pero, la Cambra pide hay que reformar el conjunto del sistema aeroportuario e incluir los nuevos planes directores de los aeropuertos de Girona y Reus, así como ejecutar conexiones ferroviarias para comunicar con Barcelona intermediando servicios de alta velocidad. La Cambra también pide impulsar los aeropuertos de Lleida-Alguaire y Sabadell como hubs de la industria aeronáutica y del espacio. Todo ello requeriría una inversión de más de 2.000 millones hasta el 2040.