El déficit que sufre Cataluña no solo es fiscal. Si hace unos meses el Gobierno cifró en casi 22.000 millones de euros el 2021, este martes Fomento del Trabajo ha anunciado, según un estudio realizado, que el país sufre un déficit de inversiones en infraestructuras de 42.500 millones de euros desde el 2009, que supone un 2,2% del PIB y «pérdida de competitividad del tejido productivo catalán y de capacidad económica, bienestar y calidad de vida de los catalanes», según ha denunciado el presidente de la patronal, Josep Sánchez Llibre. En una rueda de prensa, el empresario catalán ha reclamado a todas las administraciones que inviertan de forma recurrente de este 2,2% del producto interior bruto. En este contexto, el presidente de la patronal ha asegurado que Cataluña sufre «una situación lamentable y una tomadura de pelo». Además, Sánchez Llibre ha añadido que «como presidente de Fomento me causa cierta vergüenza denunciar públicamente año tras año esta nefasta actuación de la gestión de las diferentes administraciones públicas, tanto del Estado como la Generalitat, en todas aquellas inversiones que se tendrían que haber hecho en los últimos 14 años».
Además, Sánchez Llibre también ha pedido que las inversiones tienen que ir dirigidas en cinco grandes ámbitos concretos como son el sistema ferroviario de mercancías y pasajeros, que básicamente supondrían inversiones a Cercanías y al corredor mediterráneo. Además, también harían falta nuevas inversiones en «mejorar el autoabastecimiento hídrico» para luchar contra las sequías recurrentes que sufre el país, la conectividad internacional -donde entra la ampliación del aeropuerto-, y, por último, habría que enfocarse en la mejora de la seguridad viaria en Cataluña.

Según el estudio de la patronal catalana, entre los años 2009 y 2015 – a causa de la crisis económica iniciada en 2008- la disminución de la inversión pública en España fue significativamente mucho más elevada respecto al resto de socios europeos. En este sentido, los ajustes del déficit público se produjeron por la vía de una reducción drástica de la inversión pública, en un contexto de austeridad económica en la Unión Europea. Como consecuencia, en términos comparativos, Cataluña perdió competitividad económica que se ha mantenido hasta ahora y perdurará en el tiempo si no se «revierte la situación y se empieza a invertir de manera constante y planificada» en las infraestructuras que necesita el país.
Por otro lado, Fomento también denuncia carencias notorias en el país, como por ejemplo en materia como de infraestructuras hídricas, que permitirían «mejorar la gestión del agua» y afrontar con mayores garantías el suministro de agua durante los periodos de sequía. La carencia de inversión tampoco ha permitido mejorar la red de Cercanías durante los últimos diez años, perjudicando, principalmente, a todos los catalanes que son «víctimas de afectaciones constantes». En materia de transporte de mercancías, el estudio muestra como tampoco se ha avanzado hacia el aumento de la capacidad, especialmente con el corredor mediterráneo. Un punto positivo es en materia de inversiones a las carreteras catalanas, donde Fomento destaca que «se están haciendo actuaciones destacadas», como por ejemplo la estrategia 2+1 por parte de la Generalitat. Aun así, los empresarios apuntan que todavía queda mucho para hacer para tener una red de carreteras más segura, integrada y resiliente.