La vicegobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha defendido este viernes que el objetivo del euro digital «no es desplazar» a las soluciones de pago privadas, sino aumentar el número de opciones a disposición de los usuarios para realizar pagos, por lo cual cree que hay «espacio suficiente» para que convivan el euro digital y estas soluciones de pago. De hecho, Delgado ha señalado que el euro digital serviría para dar respuesta al desarrollo de los pagos digitales.
«Esperamos que el euro digital permita el desarrollo de nuevos servicios financieros y de pago paneuropeos por parte del sector privado, lo cual le permitiría competir con soluciones no europeas. En definitiva, un euro digital tendría que impulsar la innovación, fomentar la competencia y mejorar la resiliencia en el mercado europeo de pagos», ha defendido, ante la preocupación que pueda haber un desplazamiento y ambas fórmulas no puedan convivir. Además, la directiva ha asegurado que los ciudadanos podrán utilizar dinero de banco central, incluso en un mundo digital, y esto ofrecerá una solución de pago basada en una infraestructura europea y aceptada en toda la zona euro.
Sin embargo, ha recalcado que se trata de un análisis preliminar, de una «hipótesis de trabajo» y que, además, el BCE no puede tomar todavía esta decisión «con tanta antelación». «La determinación del límite de tenencias estará fuertemente condicionada por el contexto económico en el momento de la emisión, por lo cual es necesario llevar a cabo más análisis y tomar la decisión correspondiente sobre este tema en una fecha más próxima a la fecha de emisión», ha indicado.
La creciente preocupación sobre la protección de datos
Sobre el tratamiento de los datos, ha indicado que los ciudadanos «tienen que estar seguros» que su privacidad estará garantizada con el euro digital. Así mismo, ha resaltado que el proyecto de euro digital implicaría consolidar primero el uso en su mercado primario, es decir, la eurozona, antes de «aventurarse a otros», algo que ayudaría a minimizar las posibles distorsiones que podría producir una «adopción apresurada» del euro digital al extranjero para estas jurisdicciones y para el equilibrio del Eurosistema.