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El rebote de Bitcoin revela la nueva normalidad de las criptomonedas

Los mercados, si solo son una cosa, son temerosos. En el último mes, el gran activo digital del mundo de las criptomonedas, Bitcoin, ha sufrido una caída lo suficientemente profunda como para asustar a cualquier inversor. Desde finales de octubre, la moneda de Satoshi Nakamoto ha perdido un 21% de su valor: desde los 114.000 dólares con los que cerró el décimo mes del año hasta poco menos de 90.000 dólares. En su punto más bajo, un token valía 82.000 dólares, el punto más bajo desde el mes de abril, antes del último rally que lo elevó a máximos. En total, el mundo crypto llegó a perder más de 1.000 millones de dólares, en un estallido que parte del entorno mediático comenzó a catalogar como «criptopatacada». Las acciones de Strategy, la firma que atesora más Bitcoin del planeta, cayeron más de un 50% en solo unas horas, mientras los principales inversores soltaron partes importantes de sus carteras. El miedo al final del boom de la IA y a un nuevo endurecimiento de la política monetaria norteamericana hundía toda la acumulación de valor de los últimos seis meses. Pero, como siempre, el mercado tiene poca memoria; y, cuando cambia de opinión, cambia con fuerza. En solo cinco días, la moneda ha subido más de un 6%, y ha acelerado también el valor de ETH y las principales altcoins. Se trata, según los expertos consultados, de la nueva normalidad del mundo de las criptomonedas: caídas y subidas cada vez más moderadas, de acuerdo con los sentimientos del capital, y una estabilidad imposible de adivinar a principios de la década.

Para la profesora de la UPF-BSM, Luz Parrondo, las oscilaciones de la última semana forman parte del comportamiento regular del Bitcoin y, con él, del resto del mercado crypto. «Siempre fluctúa, pero la tendencia que vemos es alcista. Siempre hay burbujas esporádicas que hacen que suba y baje», argumenta la docente. La clave, pues, radica en mantener la escalada: que, cuando se estabilice la moneda después de la burbuja, lo haga a niveles superiores a los que tenía antes de inflarse. Justo antes de la acelerada que lo llevó a superar los 114.000 euros, la pasada primavera, estaba alrededor de los 84.000 dólares. Es decir, con los niveles actuales, se cumple esta regla. Del mismo modo que el activo escaló rápidamente con la entrada de bancos tradicionales y la nueva confianza de inversores de menor perfil de riesgo, el reciente entorno pesimista de las tecnológicas todavía afecta con fuerza al sector. Ahora bien, «el comportamiento a largo plazo de Bitcoin no es una cuestión coyuntural, la base técnica viene definida por la minería y la oferta limitada». Es decir, un entorno de tipos estrictos o de amenazas a la IA no es capaz de mover la moneda de su lugar; solo el ciclo de halvings afecta estructuralmente a su valor.

Según Parrondo, se trata de un ciclo que continuará aplicándose hasta que la tecnología, y con ella su mercado, «esté madura». Para el consultor especializado Albert Salvany, sin embargo, el paralelismo con los índices tecnológicos e industriales y los efectos de las decisiones de la Fed son indicadores de que Bitcoin y su universo de sentido ya se están haciendo mayores. «Es un fenómeno de adaptación de las cripto al sistema financiero. Cada vez se ven más como la misma cosa, y no como estructuras separadas», argumenta. Ahora bien, los inversores tradicionales todavía no lo ven así, y son todavía vulnerables a la mala mar típica del sector. De hecho, como recuerda Salvany, la caída de los últimos cinco días va en paralelo a una «gran retirada de los ETF» -es decir, del activo bursátil indexado a Bitcoin-. «Es el paso fácil hacia el activo, y facilita las entradas y salidas», razona el consultor. De esta manera, ha sido el acceso al mundo cripto de muchos perfiles de bajo riesgo que entraron cuando se aplicaron las normativas bursátiles, pero han salido con la caída reciente. «La corrección viene en un momento de incertidumbre, pero volverá a subir con fuerza cuando se reactive el interés por activos de riesgo en general», añade Salvany.

El logo de Bitcoin / EP
El logo de Bitcoin / EP

«No estamos sorprendidos»

Cuando Bitcoin salió definitivamente del pozo del criptoinvierno que llegó después de la pandemia, los observadores financieros avistaban movimientos como los que se han visto en los últimos días. Parrondo, de hecho, recibía con tranquilidad el recorte de la última semana. «Quizás baje más y todo, pero después la subida será mayor», proyectaba. De hecho, para Salvany, una caída intensa era más que esperable, porque había «subido más que el mercado». A pesar de la nueva normalidad, es un activo todavía «más volátil» que las acciones regulares, por ejemplo. A juicio de la profesora de la UPF-BSM, el proceso de crecimiento continuará a medida que los ciclos sean más cortos; con rallies más contenidos y caídas de menor intensidad. Todavía quedan, coinciden ambos expertos, escalones por escalar; y los 120.000 dólares alcanzados el mes de octubre «no son el techo» de la moneda. «Le afecta la coyuntura, pero tiene una vida propia», razona la docente. Y esta vida propia todavía puede llevarla a cotas más elevadas.

El ancla de Nvidia

Bitcoin, de la mano del conjunto de la renta variable, ha estado mirando con atención los resultados de Nvidia, la gran firma del momento. La fabricante de GPUs, esenciales para los centros de datos que fundamentan los proyectos de IA, escaló hasta máximos de cotización históricos por encima de los 5.000 millones de dólares, y asistió al valor de más o menos todos los selectivos de occidente, también a aquellos -como el español- sin práctica presencia de tecnológicas. Tiene sentido, pues, que el agujero cripto haya coincidido totalmente con las «dudas e incertidumbre» con la multinacional que dirige Jensen Huang, que arrastró la mayoría de bolsas con ella justo antes de publicar sus resultados trimestrales, cuando los analistas comenzaban a temer el estallido de una burbuja en el mundo de la inteligencia artificial. En los últimos días, sin embargo, Google ha tomado la delantera en la industria, y muchos de los observadores parecen haber dejado atrás a los industriales de microchips más tradicionales -la misma Nvidia o su competidora AMD-. Habiendo dejado de mirar el revuelo de Nvidia, que acumula pérdidas de más de 30 dólares por acción en menos de una semana, el mercado ha respirado con fuerza: Bitcoin sube, pero también lo hacen el Nasdaq (+1,06) y el S&P500 (+0.91%). Las tarjetas gráficas ya no mandan en el mundo, y esto ha liberado muchas potencias financieras.

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