Las maniobras del BBVA para aumentar las probabilidades de éxito de la OPA hostil sobre el Banco Sabadell no se detienen, incluso cerca del final del serial. El lunes por la noche, el banco vasco hizo otro intento de atraer a los inversores catalanes, que se habían mantenido reacios a todas las versiones de su oferta: un dividendo de 32 céntimos brutos por acción, unos 29 céntimos netos, a abonar inmediatamente después de la liquidación de la OPA. Se trata de la remuneración directa más alta en la historia de la Vela, un 10% por encima de la del año pasado, impulsada por unos beneficios récord que ha conseguido mantener el conjunto de la banca española a pesar de las bajadas de tipos de interés. Sin embargo, como ya ocurrió con el dividendo generado por la venta de la filial británica TSB, los famosos 2.500 millones de euros a repartir, la potencial absorción del Sabadell se comería buena parte de este valor para los bolsillos vallesanos.
Según han confirmado varias voces accionarias, el valor bruto del pago para quien acuda al intercambio actual estaría lejos de los 32 céntimos: se quedaría en unos 6,6 céntimos por cada acción catalana que acudiera a la oferta. Después de la mejora del 10% de la OPA registrada por el BBVA la semana pasada, cabe recordar, la ecuación que recoge el folleto es de 4,8376 acciones del Sabadell por cada una del banco resultante de la fusión. Por tanto, efectivamente, el Banco de Bilbao abonará 32 céntimos por acción en concepto de dividendo ordinario; pero la remuneración real sobre las acciones del banco catalán quedaría desdibujada por el intercambio, es decir, sería de unos 6,6 céntimos por acción del Sabadell vendida. De este modo, el valor generado para los accionistas catalanes sería inferior al que abonó el mismo Sabadell en su última remuneración, que fue de 7 céntimos por acción, unos 370 millones de euros en total.
Ante esta contradicción, los minoritarios vallesanos mantienen su rechazo a la oferta, asegurando que el dividendo «no tiene mucho valor añadido» como «oferta diferida» en el marco de la OPA. Especialmente teniendo en cuenta que el Sabadell tiene aún en el horizonte el reparto del dividendo de TSB, de unos 2.500 millones de euros, que se concretaría en 50 céntimos por acción sabadellense, siete veces y media por encima de lo que recibirían los accionistas catalanes con este movimiento.

La experiencia TSB
Los accionistas del Sabadell permanecen vigilantes ante todos los rendimientos directos que anuncia el BBVA, especialmente después de los cálculos tras la venta de TSB. Cuando los inversores aceptaron la operación, que traspasó la filial británica al Banco Santander por unos 3.400 millones de euros, la calificaron de «escudo» contra la incursión del BBVA, con la rentabilidad marginal más alta de la historia del banco sobre la mesa. En caso de que el Banco de Bilbao consiga el 100% de las acciones del Sabadell, sin embargo, los 2.500 millones de euros prometidos a los inversores acabarían en sus arcas, y los repartiría según su política de distribución del capital, ligeramente más agresiva que la de la entidad catalana -devuelve todo lo que supere el 12% CET1, frente al 13% CET1 que marca la estrategia sabadellense-.
Si decidiera abonar todo este monto en forma de dividendo -podría no hacerlo, ya que también tendría la opción de ejecutarlo en forma de recompra de acciones- a los accionistas del Sabadell solo les correspondería unos 7,6 céntimos por acción, el 15,3% del total, que es el porcentaje del banco resultante que tendrían en propiedad. Así pues, los dos pagos que podría aportar el BBVA a sus potenciales vendedores son similares -uno de ellos, inferior- al que ya entrega a cuenta el Sabadell.