La Fundación ‘La Caixa’ y su brazo inversor, CriteriaCaixa, han enviado este miércoles un mensaje político poderoso. Tras el regreso a Cataluña del Banco Sabadell, bajo la sombra de la OPA hostil del BBVA y en busca de refugio administrativo, el universo La Caixa era el siguiente paso lógico. Ya lo fue en 2017, cuando, pocos días después del referéndum de independencia del 1 de Octubre, ambos bancos catalanes fueron los primeros de una larga lista de nombres empresariales que salieron del Principado. El regreso de la Fundación y Criteria -fugados a Palma desde hace casi ocho años- sirve para que La Caixa, bajo el amparo del presidente Isidre Fainé, respalde el cambio de coyuntura política del que hacen bandera los gobiernos socialistas de Barcelona y Madrid. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, han sido las primeras voces en celebrar el movimiento de sedes. «La estabilidad institucional, el rigor y la seguridad jurídica son positivos y ayudan a tomar decisiones de este tipo«, declaró Illa. No en vano, el comunicado emitido por la organización hace referencia explícita -como ya lo hizo el de Sabadell en su momento-. «Ya no se dan las circunstancias que causaron el traslado temporal de las sedes a la ciudad de Palma en el año 2017«, coinciden, por unanimidad, los miembros del patronato.
Que la Fundación y Criteria deshagan el camino emprendido hace ahora ocho años es especialmente significativo si se observa la actitud de CaixaBank al respecto. En medio de la semana de resultados bancarios que cerró el pasado mes de enero, el banco de origen catalán y con sede en Valencia fue el primero en reaccionar a la recuperación de la sede histórica del Sabadell. El consejero delegado de la compañía, Gonzalo Gortázar, insistió en varias ocasiones que deshacer el camino tomado en 2017 está completamente descartado. Para el directivo, el legado de Bankia, absorbida por CaixaBank en el año 2022, es suficiente para descartar el regreso al Principado. “Bankia tenía no solo la sede en Valencia, sino también una presencia importantísima, como heredera de Bancaja”, razonaba ante los periodistas. El rechazo de Gortázar fue tan contundente como el del presidente del Sabadell, Josep Oliu, en declaraciones previas a la junta de accionistas de abril de 2024, cuando sentenció que un regreso a Cataluña «no estaba ni sobre la mesa ni debajo». Siguiendo el argumentario de la dirección, pues, el regreso de la Fundación no debería hacer sospechar que el banco también deba tomar una decisión similar.
Vale la pena decir que Bankia tiene ahora una presencia explícita en la estructura de CaixaBank mucho menos destacada que hace un mes. El pasado 20 de febrero, la entidad financiera actualizó su consejo de administración, y prescindió de todos los miembros que quedaban del antiguo banco de las cajas españolas. La salida de Eva Castillo, Francisco Javier Campo y Joaquín Ayuso, procedentes todos ellos de la empresa absorbida, culminó el camino iniciado con la sustitución del presidente, José Ignacio Goirigolzarri, que renunció al cargo a finales de octubre de 2024. Le relevó Tomàs Muniesa, un histórico de la compañía que entró a trabajar en el año 1976 y ha ocupado diversas posiciones, hasta llegar a la vicepresidencia en el año 2018. Se le considera, además, un perfil de la máxima confianza de Fainé, con experiencia en VidaCaixa y SegurCaixa Adeslas. Es, de hecho, consejero dominical en representación de la Fundación, que ostenta el 30% del capital del banco.

Los avances de Criteria
El de Muniesa no es el único movimiento reciente que sitúa directivos de la cantera de Fainé en lugares clave del grupo La Caixa. A finales de enero de 2024, Àngel Simón abandonó la dirección de Agbar para pasar a ser consejero delegado de Criteria, en sustitución de Marcelino Armenter. La entrada de Simón ha coincidido con la puesta en marcha de un ambicioso plan estratégico que ha situado el holding inversor de la Fundación en el capital de una multitud de compañías estratégicas en el Estado español. Además de la participación mayoritaria en CaixaBank, el brazo financiero sostiene la primera plaza en el accionariado de Naturgy, y una de las posiciones más relevantes en Telefónica, dos compañías que han sufrido convulsiones en el capital en los últimos cursos y en las cuales Criteria permanece inamovible. Según los digitales de Madrid, de hecho, tanto Simón como Fainé habrían tenido un papel relevante en la sustitución de José Maria Álvarez Pallete por Marc Murtra en la presidencia de la principal TelCo española. Además, han hecho inversiones relevantes en cotizadas de la escala de Puig, la gran revelación bursátil del curso español; la ACS de Florentino Pérez o la inmobiliaria Colonial. Todo ello en el marco de un plan estratégico que les llevará a disparar cerca de un 50% el valor bruto de sus activos en el año 2030, hasta superar los 40.000 millones de euros.
La semana pasada, además, Criteria consumó una de sus inversiones más esperadas, con la adquisición de un 5% del capital de la francesa Veolia. La compañía de gestión ambiental gala, cabe recordar, es la propietaria de Agbar, a través de su adquisición de Suez en el año 2020. La compañía, anterior hogar de Simón, comparte con Criteria el capital de Aigües de Barcelona, la gestora hídrica de la capital del país y su región metropolitana. Un 70% de la sociedad corresponde a Veolia, por el 15% del holding inversor de La Caixa. Se añade un 15% en manos de la administración pública, que ostenta el Área Metropolitana de Barcelona. El CEO ya anunció durante la presentación del plan estratégico que el agua estaría a la altura de la energía, la banca o las infraestructuras en el objetivo de «sectores estratégicos» en los cuales CriteriaCaixa busca ganar posiciones en el próximo lustro. Así, el grupo continúa acumulando -y recuperando- activos clave de la estructura económica y empresarial catalana.

Más vías de regreso
En una reciente entrevista en El Matí de Catalunya Ràdio, el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, aseguraba que más empresas de las que se fueron en 2017 se están planteando su regreso al Principado. Según el dirigente patronal, las conversaciones «se llevan con diplomacia vaticana y en silencio», lejos del ojo público. Más allá de CaixaBank, las grandes cotizadas de origen catalán que abandonaron el país tras el referéndum han negado conversaciones para regresar. En su presentación de resultados, que también sirvió para hacer público el nuevo plan estratégico, el presidente y CEO de Naturgy, Francisco Reynés, esquivó la conversación. «Lo debatiremos cuando toque y haremos lo que se tenga que hacer, pero no se ha debatido«, aclaró el directivo. Como ya es tendencia, recordó la «relevancia» del principado en la oferta de la compañía. En el caso de la energética, sí se ha producido un regreso paso a paso: en 2019, trasladó el domicilio fiscal de su filial tecnológica, Naturgy IT, de Madrid a Sant Cugat del Vallès. Otros nombres del selectivo español, como Cellnex o Colonial, continúan negando cualquier intención de regresar; mientras el país gana enteros en la bolsa con el alza de Puig, el crecimiento de Fluidra o la recuperación de Grifols, todas ellas industriales catalanas que se mantuvieron en el lugar a pesar de las tensiones políticas del 17.