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El BCE prevé un abrupto final del auge de la IA en la bolsa

El Banco Central Europeo ve cercano un abrupto final del buen comportamiento de las grandes tecnológicas en la bolsa. Después de haberse movido en múltiples históricos, que han llevado a las firmas nucleares del mercado de la inteligencia artificial a cotizaciones inauditas, los valores podrían caer en picado. La lectura del BCE coincide con las alertas de varios analistas, tanto catalanes como internacionales, que observan -al menos- «comportamientos de burbuja» entre los grandes abanderados de la IA; así como una «lógica circular» de inversiones mutuas entre empresas vinculadas que acaba por no generar valor añadido más allá de inflar el pecho de los inversores. El boom de ChatGPT y similares, auguran los economistas, podría haber terminado.

Así se expresa el instituto emisor en su reseña mensual de estabilidad financiera de este mes de noviembre, firmada por el vicepresidente y exministro español de Economía, Luis de Guindos. El documento reconoce que «los mercados bursátiles globales se encuentran en máximos históricos a pesar de la volatilidad reciente, mientras que el margen de crédito se mantiene ajustado comparado con sus estándares históricos». Las alzas de los principales índices responden, en buena medida, al hype por la inteligencia artificial. De hecho, según los registros de S&P, las firmas tecnológicas -mayoritariamente vinculadas a la IA, con inversiones crecientes de los principales actores- han llegado a superar el 40% del valor total del selectivo. Es decir, cuatro de cada 10 dólares que vale una parte sustancial de Wall Street provienen de una decena de empresas, y los seis restantes los aportan las otras 490.

Esta dinámica, advierte el BCE, es frágil. «El sentimiento del mercado podría cambiar de manera abrupta, no solo si las previsiones de crecimiento se deterioran, sino también si la IA no alcanza sus expectativas», ha razonado. Tampoco hay certeza, de hecho, de qué debe ocurrir si las alcanza. De hecho, Nvidia, la compañía más valiosa del mundo, esencial en el eslabón industrial de la cadena de la IA, enlaza más de una semana de caídas sangrantes desde sus resultados trimestrales, a pesar de haber superado las estimaciones de los analistas en ingresos y beneficio. Este miércoles es el primer día de subidas para la multinacional que dirige Jensen Huang, con un 1,35% de mejora diaria. Se sitúa, sin embargo, en 180 dólares el título, muy lejos de los más de 210 de su cima del mes. También han sufrido en las últimas jornadas AMD, competidora directa de Nvidia; y Softbank, el banco tecnológico que salió de la fabricante para entrar en Open AI, creadora de ChatGPT, que también está bajo escrutinio de los analistas por el avance de los modelos de lenguaje de Google.

Imagen de la sede del BCE / Europa Press
Imagen de la sede del BCE / Europa Press

Golpe en EE.UU. y Europa

La mayoría de las compañías afectadas por un estallido como el que vislumbra el BCE operan desde los Estados Unidos. La única tecnológica relevante que tiene su sede en territorio europeo es ASML, la neerlandesa encargada de la fabricación de las máquinas de fotolitografía que se encargan de dibujar los circuitos en los microchips de última generación. Aun así, los expertos de Frankfurt advierten que el capital no bancario de la Unión también está en peligro si estalla la burbuja de la IA. «Los intermediarios no bancarios de la zona euro sufrirían pérdidas en el peor escenario, por el tamaño y la concentración de la exposición a los Estados Unidos», razona el informe.

Si el rally se congela, además, el informe alerta de posibles efectos secundarios en mercados ajenos a la tecnología. Dada la magnitud de las posiciones de las entidades financieras en el mundo de la IA, una pérdida sustancial en este ámbito podría hacerles entrar en pánico, hasta el punto de paralizar inversiones en otros sectores. Una caída de las grandes tecnológicas, pues, «podría llevar a un incremento de la aversión al riesgo, que causaría agravios al conjunto del mercado de capital», consideran. En resumen, el trastorno que sufre la inteligencia artificial «podría no estar reflejado aún en los precios de las acciones». Si estos cálculos son correctos, pues, todas las bolsas deberían prepararse para descensos con pocos precedentes.

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