El Black Friday es una de las tendencias de consumo estadounidenses que se ha impuesto con más fuerza en Cataluña. Desde hace aproximadamente una década, los consumidores generan un gasto importante en este viernes de noviembre señalado, que da inicio a la época de compras navideñas. Este año se pronostica que los ciudadanos están más dispuestos a comprar que en campañas anteriores, según apunta la encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Este sondeo indica que 8 de cada 10 consumidores del estado español planea aprovechar las ofertas de este año, donde el gasto medio sería de 219 euros, por encima de los 201 de presupuesto estimado del año pasado. Esta encuesta de la OCU confirma que el Black Friday se consolida como una cita clave para el consumo en el conjunto del estado, pero cada vez más esta campaña de descuentos no se establece en un único viernes y se prolonga durante una semana o hasta buena parte del mes de noviembre. El aumento de la competencia se posiciona como una de las principales razones por las que cada vez es más presente entre los comercios la tendencia de dilatar los descuentos que se ofrecen en este viernes negro.
“Cuando todas las marcas compiten por la atención del competidor en un solo día, la decisión de prolongar la campaña permite captar consumidores antes del Black Friday”, apunta Carolina Luis, directora del máster de marketing de la UPF-BSM. De esta manera, la posibilidad de despertar el interés entre todas las ofertas disponibles es superior cuando se amplían estos periodos más allá del viernes señalado, pero también permite generar unas ventas mayores, puntualiza Franc Carreras, profesor de marketing digital en Esade. “Al hacer la campaña más larga, está demostrado que la facturación es superior”, explica.

Más tiempo para tomar la decisión de compra
En esta línea de alargar la visibilidad, Carreras apunta que una campaña más allá de un solo día también permite dar más tiempo para reflexionar a los posibles compradores. “Los consumidores del país, en comparación con otros lugares de Europa, por ejemplo, tienden a posponer las decisiones de compra mucho más”, apunta, añadiendo que estas ofertas dan incentivos para comprar más pronto, ya que es una oferta puntual que obliga a tomar una decisión. Precisamente esta posibilidad de tener más días para decidir finalmente comprar es lo que impulsó a Two Poles, un ecommerce de cosmética que por tercer año ofrece descuentos durante el Black Friday, a ampliar esta campaña. Mientras el año pasado apostaron por hacer solo una semana de rebajas, este año la marca ha decidido iniciarlos el 17 de noviembre para dar más tiempo a los clientes a decidir qué productos comprar. “Los productos que ofrecemos tienen una formulación compleja, y por eso nos gusta dar una atención más personalizada. Con un día solo no sería posible resolver todas las dudas”, explica Anna Fuster, fundadora de la marca. Además, añade que es más complicado comunicar solo un día específico: “Existe la posibilidad de que los potenciales clientes vean al cabo de uno o dos días que ha existido esta oferta, y no queremos que se deje pasar esta oportunidad”. En este sentido, Fuster apunta que han visto una respuesta a este incentivo y se han impulsado las compras desde el inicio de la campaña. «Esperamos ver un pico final en las ventas en el último momento de los descuentos, pero desde el inicio ha sido un aliciente que ha sido bien recibido por nuestros consumidores, aunque no fuese en el viernes señalado como Black Friday», añade.
Diversas campañas de rebajas al año
“Podríamos pensar que después de unos años de campañas de Black Friday, los consumidores estarían un poco inmunizados a su efecto, pero la realidad demuestra que cada año se sigue percibiendo esta fecha como una oportunidad de la cual realmente se pueden beneficiar”, asegura Carreras, que considera que la visión de los compradores sobre esta jornada no ha cambiado a pesar de la transformación de las estrategias. De hecho, la encuesta de la OCU revela que el 78% de los consumidores hará al menos una compra durante este viernes, lo que representa dos puntos por encima del 76% que declaraba la intención de comprar el año pasado. No obstante, Luis considera que ya no se ve la ocasión con la misma intensidad que antes: “esta campaña se ha diluido con todas las otras temporadas de rebajas que surgen”, apunta.

Actualmente, las reducciones de precio no se concentran en unas semanas concretas, y las épocas de rebajas más tradicionales -después de Navidad y en verano- se pierden entre otras promociones como el Black Friday, pero también las mid-season sales (rebajas a mitad de temporada) u otras fechas como el Single’s Day el 11 de noviembre. Un conjunto de temporadas de descuentos que hace que las marcas vivan constantemente en oferta. Un hecho que es resultado de la alta competencia, apunta Carreras. “En el momento en que en el mercado hay muchos competidores, sobre todo con productos similares o sustituibles, es muy común adoptar estrategias de bajadas de precios”, explica. De esta manera, las empresas aprovechan temporadas de ofertas como una oportunidad para convencer a los clientes de que compren, sobre todo porque se crea una sensación de escasez entre los compradores: “Es uno de los principios de influencia que hace que el consumidor pase a la acción porque percibe que si no puede perder la oportunidad”, añade Carreras. “Aunque las estrategias de precio son las más fáciles de implementar, considero que son las más peligrosas de mantener”, apunta Luis. En este sentido, explica que, de cara al consumidor, puede llegar a plantear dudas sobre cuál es el precio real, pero también hace que este siempre espere los descuentos, lo que también erosiona los márgenes de las empresas.
Riesgos de la campaña de Black Friday
En cuanto a los precios que se ofrecen alrededor de la campaña de Black Friday y las dudas que surgen alrededor de estos, desde el Departamento de Empresa y Trabajo y la Agencia Catalana de Consumo se están controlando 155 compañías del sector de la electrónica, de artículos de ropa y complementos y productos para el hogar con la finalidad de detectar casos de publicidad engañosa en los precios y competencia desleal en compañías tanto en línea como en tiendas físicas. Esta cifra se ha duplicado respecto a la de 2024, cuando se abrieron 45 expedientes sancionadores. Carreras considera que esta práctica por parte de las empresas puede erosionar la confianza del consumidor y la fidelidad de marca que se ha construido, “algo muy difícil de construir”, añade. Además, Luis considera que, aparte de desgastar la marca, este hecho puede provocar desconfianza “hacia la campaña e incluso hacia las empresas que lo hacen correctamente”, puntualiza.

