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La amenaza de nuevos aranceles, el arma para todo de Trump: Colombia, primera víctima
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Los Estados Unidos y Colombia han detenido esta madrugada la tensión diplomática y la amenaza de una guerra comercial después de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, haya dado marcha atrás y haya aceptado recibir aviones militares con ciudadanos colombianos deportados de EE.UU.. Donald Trump había amenazado con imponer aranceles del 25% a todos los productos colombianos que lleguen al país si Bogotá no aceptaba las exigencias de EE.UU. La retirada de Colombia es una primera victoria para Trump, quien en su segundo mandato en la Casa Blanca ya ha avisado que utilizará los aranceles como arma diplomática contra todos. Aún no había sido investido y el polémico magnate ya había amenazado a México, Canadá, China y la Unión Europea —en especial Dinamarca— con más aranceles si no se pliegan a sus exigencias.

El conflicto diplomático con Colombia ha sido un primer aviso para navegantes. “Los eventos de hoy dejan claro al mundo que Estados Unidos vuelve a ser respetado”, ha insistido el gobierno estadounidense en un comunicado. “Trump continuará protegiendo ferozmente la soberanía de nuestra nación, y espera que todas las demás naciones del mundo cooperen plenamente para aceptar la deportación de sus ciudadanos presentes ilegalmente en Estados Unidos”. Tras un intercambio de amenazas y la imposición de sanciones, el gobierno colombiano ha dado marcha atrás en un movimiento que la Casa Blanca ha aprovechado para vender como una victoria absoluta.

El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, en un acto en Washington / Europa Press/Contacto/Allison Robbert

En un comunicado, el gobierno estadounidense ha anunciado que Colombia “ha aceptado todas las condiciones” del presidente Trump, “incluida la aceptación sin restricciones de todos los inmigrantes ilegales de Colombia” y “sin limitaciones ni dilaciones”. La respuesta de Colombia ha sido bastante menos tajante. El canciller Luis Gilberto Murillo ha explicado que se ha superado “el impasse” de tensión con EE.UU. y que recibirán a los “colombianos que regresen en condición de deportados, garantizándoles condiciones dignas, como ciudadanos con derechos”. Murillo ha asegurado que los canales diplomáticos con Washington continúan abiertos y que en los “próximos días” viajará a Estados Unidos para mantener “reuniones de alto nivel” con la administración Trump para hacer seguimiento de los acuerdos.

Fin de semana de alta tensión

La retirada de Colombia llega tras un fin de semana de alta tensión con declaraciones cruzadas entre Trump y el presidente colombiano, Gustavo Petro. Después de que el gobierno colombiano rechazara el aterrizaje de dos aviones militares de EE.UU. llenos de deportados, Trump anunció la imposición de nuevos aranceles del 25% a las exportaciones de Bogotá con destino a EE.UU. como primera medida de un paquete de sanciones: la prohibición de entrar al país de todos los altos cargos de la administración colombiana y sus aliados, la revocación de visados, el incremento de inspecciones a ciudadanos y mercancías procedentes de Colombia y la imposición de restricciones a los movimientos de capital. “La negativa de Petro ha puesto en riesgo la seguridad nacional y la seguridad pública de EE.UU.”, ha espetado Trump, que se reserva la posibilidad de volver a imponer los aranceles si Colombia “no cumple su acuerdo”.

México, Canadá, China y Dinamarca, bajo amenaza

En las últimas semanas, Trump ha amenazado a varios países con nuevos aranceles si no hacen cambios importantes en sus políticas migratorias o de lucha contra el tráfico de drogas. México y Canadá fueron los dos primeros países en ser amenazados por Trump. El magnate estadounidense advirtió a los dos estados que impondría un arancel del 25% si no acaban con el tráfico de drogas hacia EE.UU., en especial de fentanilo, y no cierran fronteras para poner fin a la inmigración ilegal. Trump también avisó a China de más aranceles si no endurece la lucha contra el tráfico de drogas. Se da la circunstancia de que México, Canadá y China son los tres principales socios comerciales de Estados Unidos.

La Unión Europea fue la siguiente. Trump quiere acabar con el déficit de la balanza comercial entre EE.UU. y Europa obligando a la UE a comprar petróleo y gas estadounidenses. “Le dije a la Unión Europea que debe compensar su enorme déficit con Estados Unidos mediante la compra a gran escala de nuestro petróleo y gas”, explicó Trump en un mensaje en la red Truth Social. “¡En caso contrario, se aplicarán aranceles!” Washington estima que el décifit comercial con Bruselas ronda los 130.000 millones de dólares. Dentro de la UE, Trump tiene los ojos puestos en Dinamarca, a quien ha amenazado con aranceles especiales si no cede Groenlandia a EE.UU. La semana pasada Trump mantuvo una intensa llamada telefónica con la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, sobre la posibilidad de comprar la isla, que tiene un valor estratégico importante para Washington, aunque la respuesta fue que “no está en venta”.

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