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La gran banca abre la batalla por el crédito a las pymes

Las pequeñas y medianas empresas han estado en el centro del conflicto financiero del año, especialmente en Cataluña. Fuera del Principado, la OPA del BBVA al Banc Sabadell era «cuestión de precio»; pero en un país con un 98% de pymes, la desaparición de una fuente de financiación tan relevante como el Sabadell llegaba a la escala de amenaza existencial. Las patronales catalanas se peleaban por concretar el tamaño exacto del hueco que dejaría una fusión en el acceso a financiación para el tejido de negocio del país: mientras que Pimec apuntaba a 54.000 millones de euros, que habrían desaparecido del alcance de tiendas, bares y fábricas locales, Foment del Treball lo ampliaba hasta 75.000 millones de euros. La compra del Sabadell no ha prosperado, pero las principales entidades financieras del Estado han leído el conflicto como una grieta para colarse en un segmento muy complicado para los prestamistas que no tienen, como mínimo, un pie allí. «El de las pymes es un entorno muy complejo, muy cerrado, con relaciones a muy largo plazo; y nosotros estamos dentro«, ha destacado el consejero delegado de la entidad catalana, César González-Bueno, en la presentación de los resultados del tercer trimestre, celebrada este mismo jueves. Buena parte de la banca del Ibex, en plena postguerra, se ha lanzado a reclamar su trozo del pastel.

Tres de los cuatro principales bancos del Ibex-35 han indicado, en la primera temporada de resultados sin OPA en cerca de dos años, que las empresas en general y las pequeñas y medianas en particular son objetivos prioritarios. El mismo González-Bueno lo ha aclarado: para la banca, es un segmento rentable y con garantías. La media de la relación comercial entre el Sabadell y las pymes que son sus clientes es de 15 años, y las operaciones prometen una continuidad a largo plazo, especialmente cuando la financiación va a parar a inversiones estructurales. En este sentido, la entidad catalana pretende escalar aún más su presencia entre la base productiva. Como han repetido hasta la saciedad durante su resistencia particular al BBVA, una de cada dos pymes del Estado forman parte de su cartera de crédito; si bien muchas cuentan con él para una pequeña parte de sus necesidades de crédito. «Tenemos margen de crecimiento si captamos más parte de las necesidades de financiación de las empresas que ya trabajan con nosotros», ha valorado el directivo; consciente de que se trata de un mercado «altamente competitivo».

A pesar de las nuevas incorporaciones al mercado, el CEO ha advertido que ha conseguido hacer crecer «marginalmente» su cuota de mercado en el segmento empresarial, si bien no ha ofrecido datos detallados. Durante el último trimestre, según el balance de la compañía, habría dado un paso atrás de un 1% en la nueva generación de crédito a pequeñas y medianas empresas, hasta los alrededor de 3.500 millones de euros; mientras que el vivo aumenta ligeramente, un 0,2%, hasta rozar los 8.300 millones. «Tenemos muy claro que queremos seguir creciendo, porque la cuota aún podría ser mejor», ha declarado González-Bueno; quien considera este ámbito la «joya de la corona» del negocio sabadellense en el Estado. En línea con el conjunto de la estrategia del banco, el foco no está puesto en captar nuevos clientes; sino en ampliar la relación con los que ya están. El consejero delegado ha descrito la variación del enfoque de la compañía en los últimos años como una «vacuna» contra el riesgo: poner el foco en negocios seguros, a pesar de que tengan un techo de rentabilidad más bajo. También es el caso en lo que respecta a los préstamos corporativos: «queremos ser líderes en aquellas relaciones que conocemos bien, con métricas de valoración de riesgo claras».

Fachada del edificio ‘La Vela’, del BBVA en Madrid / EP
Fachada del edificio ‘La Vela’, del BBVA en Madrid / EP

CaixaBank y BBVA llaman a la puerta

En plena OPA, mientras el banco aún esperaba el veredicto de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en la fase 2 de estudio del expediente, el presidente del Sabadell, Josep Oliu, constató que la mala atmósfera causada por BBVA abría la puerta a la competencia de sus mercados clave. En el momento, cabe recordar, el regulador rechazó las peticiones de personarse de unas ochenta entidades empresariales, que querían valorar los peligros de la fusión; y solo escuchó a actores del sector financiero. «Es como si preguntamos al zorro qué le parece que suelten a las gallinas», ironizó el vallesano. Los resultados del 2025 de CaixaBank y BBVA le dieron la razón, especialmente en el ámbito de las pequeñas y medianas empresas. Cabe decir que el Banco de Bilbao registraba ganancias en cuota de mercado entre las pymes catalanas ya antes de asaltar el Sabadell: en los años posteriores a la pandemia, entre 2021 y 2023, aumentó un 2,3% su presencia en el crédito de las empresas del Principado, mientras que el banco local perdió cerca de un 4%. La tendencia se ha mantenido en el bienio 2024-25: según un informe de la consultora Madison, la entidad vasca habría sido la que más espacio en el sector ganó en la primera mitad del curso, con una expansión del 26% entre las empresas de todo el Estado. En el mes de agosto, de hecho, constataron un alza interanual del monto prestado de un 17%, hasta rozar los 50.000 millones de euros. Ya con la OPA fracasada, la compañía ha continuado acercándose a potenciales clientes empresariales, con más de 120.000 ayudas a la internacionalización para empresas del Estado, de las cuales unas 34.000 son catalanas.

A las aspiraciones de BBVA se suma CaixaBank, que también ha acelerado su captación de clientes entre las pequeñas y medianas empresas. El balance del tercer trimestre de la entidad registra un alza en la cartera crediticia empresarial del 4,2% entre enero y septiembre. En total, concedió más de 160.000 millones de euros en nuevos créditos para negocios entre enero y septiembre de 2025. En la presentación de resultados, el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, reconoció su intención de atraer más operaciones de financiación a pymes, si bien desvinculó el proyecto de la OPA al Sabadell. «Hemos seguido los acontecimientos, pero de forma anecdótica», descartó el directivo. En total, aportaron un 16% más de préstamos en este segmento, de los cuales la mitad correspondía a pymes. «Estamos ganando cuota de mercado», describía Gortázar; pero no necesariamente concentrada en los núcleos de influencia del Sabadell. «No crecemos en ninguna región concreta, ni a costa de ningún jugador específico», apostillaba. Con este movimiento, CaixaBank contrarresta la bajada en la cuota de mercado del crédito hipotecario, donde ha visto cómo competidores como el mismo BBVA, así como el Santander o Bankinter, han penetrado con ofertas agresivas y precios bajos.

La sede operativa de CaixaBank en Barcelona / CaixaBank
La sede operativa de CaixaBank en Barcelona / CaixaBank

La buena salud de la pyme catalana

Según fuentes del Sabadell, el actual es un buen momento para calentar el crédito a las pequeñas y medianas empresas, en tanto que su salud financiera está en máximos. A diferencia de las primeras décadas del siglo XXI, en que los negocios sufrían un apalancamiento importante, «el nivel de endeudamiento privado en todo el Estado es muy bajo». Por tanto, hay un importante margen para buscar crecimientos financiados con créditos. Según constataba el último Anuario de la Pyme Catalana, el estudio general que elabora Pimec con datos de todas las pequeñas y medianas empresas asociadas, el 2023 -el último año para el cual hay cifras completas- la ratio de recursos propios sobre el pasivo de los negocios del Principado se situó por encima del 55%, volviendo a los niveles previos a la pandemia.

Además, el endeudamiento a corto y a largo plazo cayó, tanto a corto plazo (-0,7%) como a largo (-1,2%); hecho que, según la entidad, abre la puerta a una apuesta general por las inversiones como método de crecimiento orgánico. Además, con los tipos de interés ya estabilizados en el 2%, el coste de los préstamos es más bajo que en los últimos dos años, y más compañías podrán plantearse pedir uno en busca de actividades más productivas. La patronal, sin embargo, reclama a la banca una mirada larga en cuanto a las aportaciones a las empresas: «proporcionar financiación no es simplemente conceder crédito. Es confiar en un proyecto». Habrá que ver cuál es el banco que, en la contienda por la «joya de la corona» de la actividad financiera, sale ganador.

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