La OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell queda vista para sentencia. La Comisión Nacional del Mercado de Valores ha autorizado la mejora del precio que el Banco de Bilbao anunció el pasado lunes. El nuevo canje valora la acción de la entidad resultante de la fusión en 4,8376 títulos ordinarios del Sabadell, unos 3,39 euros por unidad. Se trata de un aumento de unos 31 céntimos respecto a la propuesta anterior, que buscaba canjear una acción propia y 70 céntimos por cada 5,5483 derechos de voto catalanes; una ecuación que situaba al Sabadell a un precio unitario de 3,08 euros. Con el sí del regulador bursátil español, la pelota vuelve al tejado de los inversores del Sabadell: el período de aceptación vuelve a estar en marcha y, si no hay ninguna sorpresa, el choque bancario se resolverá el próximo 10 de octubre, el último día en que se podrá acudir a la oferta vasca.
En un comunicado emitido esta misma mañana, la Comisión reconoce la «mejora de la contraprestación» que supone la nueva oferta; y que esta «modifica la naturaleza» de la operación. La Vela ha enfatizado el aumento de valor, pero también la eliminación del componente en efectivo del canje. En caso de que el BBVA logre que más del 50% de los derechos de voto del Sabadell se adhieran a su ofensiva, alcanzaría la neutralidad fiscal y, por tanto, los inversores catalanes no tendrían que enfrentar impuestos por las plusvalías generadas. Si esta proporción queda por debajo del 50%, sin embargo, sí que sufrirán esta carga fiscal -uno de los factores que más asusta al pequeño accionariado, a menudo concentrado en pymes y clientes del mismo banco vallesano para quienes la tasa podría suponer un golpe económico importante-.

El giro de la prima
Con este movimiento, el BBVA ha logrado devolver la prima de la operación al terreno positivo que había abandonado el pasado mes de enero. Con la cotización de ambos bancos al cierre del pasado miércoles, el valor del canje está un 2,8% por encima del precio de mercado del Sabadell; un margen de unos 460 millones de euros. A juicio de accionistas, empresarios y directivos catalanes, esta plusvalía está a años luz de la que sería necesaria para llevar adelante la operación. Tanto el consejero delegado del banco, César González-Bueno, como el presidente de la asociación de accionistas minoritarios, Jordi Casas, han apuntado al 30% como ganancia objetivo; así como lo han hecho figuras del mundo privado catalán, como el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, que calificó la nueva oferta de «tomadura de pelo».
Cerca de la segunda OPA
Los principales analistas financieros tampoco parecen convencidos del valor que aporta la nueva oferta. Fuentes del mercado aseguran a Món Economia que el BBVA está «convencido» de que superará el umbral del 50% de las acciones que el folleto de OPA se marca como objetivo. Ahora bien, la mayoría de los principales observadores del mercado niegan que puedan aspirar a este nivel de aceptación. El consenso, por ahora, apunta a una adhesión de entre el 30 y el 50% -aunque actores internos, como la misma asociación de minoritarios, sostiene que no llegarán al 30-.
En este caso, la Vela podría rebajar su pretensión y seguir adelante con solo una de cada tres acciones comprometidas. Esto, sin embargo, les obligaría a lanzar una segunda OPA por la totalidad del capital del Sabadell. Esta segunda operación debería ser en efectivo, y a un «precio equitativo» que debería aprobar la CNMV. Según la banca de inversión norteamericana Jefferies, la nueva OPA pondría en riesgo entre 1.000 y 5.000 millones de euros del capital del BBVA, y amenazaría «su disciplina financiera». El mismo González-Bueno ha animado a los accionistas a, en caso de que quieran vender, «esperar a la segunda oferta»; que ve como mucho más lucrativa que la que hay ahora mismo sobre la mesa.