Las últimas negociaciones para un nuevo acuerdo en el convenio colectivo del sector del metal en Barcelona volvieron a terminar sin pacto entre las partes, lo que ha llevado a los sindicatos a llamar a los trabajadores a huelga para este 29 y 30 de octubre. Los numerosos intentos de acercamiento entre las partes no han dado resultado para acordar unas cuestiones en las que los sindicatos consideran que “no pueden dar marcha atrás” de lo ya conseguido en el anterior convenio. Por eso los trabajadores del sector volverán a concentrarse para reclamar “aspectos clave” como los incrementos salariales, las cláusulas de compensación y absorción, y la reducción de la jornada laboral.
Uno de los elementos de conflicto entre los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, y la Unión Patronal Metalúrgica, es la cuestión salarial. Nardi Fuertes, secretario del Sector Metalúrgico de UGT Fica, puntualiza que las mejoras salariales deben ser dignas, “no sirve cualquier incremento”, ha indicado. En este sentido, desde los sindicatos se reivindica que las subidas deberían estar en línea con el Acuerdo Estatal para la Negociación Colectiva, el AENC, que fue ratificado por UGT, Comisiones Obreras y la CEOE. El pacto recomienda subidas salariales de un 3% cada año de vigencia de un convenio colectivo, ampliables hasta el 4% según el rendimiento de cada sector. Para estas negociaciones la UPM ha planteado aumentar los sueldos un 3% este año, un 2,75% en 2026 y un 2,5% en 2027; mientras que la representación sindical considera que los aumentos deberían ser del 3,9% este año, seguidos de un 3,6% el año que viene y un 3,5% en 2027.

Aparte de estos desacuerdos sobre cuál debería ser la cantidad de los ajustes salariales, desde los sindicatos reivindican la necesidad de mantener ciertas garantías retributivas que estaban presentes en el anterior convenio, como la compensación y la absorción de los aumentos salariales, pero que ahora podrían estar en peligro. Desde los sindicatos tienen claro que estas condiciones deben preservarse. “Es una línea roja para nosotros”, asegura Josep Rueda, secretario general de la federación de industria de CCOO en Cataluña. En este sentido, los trabajadores lograron en el último convenio evitar la compensación y absorción, es decir que las mejoras de los sueldos a cuenta de convenio se pudieran descontar de las subidas de sueldo individuales anteriormente pactadas entre el trabajador y la empresa. “Hace muchos años que luchamos por esto y no queremos ir atrás”, explica Fuertes, que añade que la patronal quiere volver a las condiciones del convenio anterior y “es una barrera que no se negocia” desde los sindicatos.
Los sindicatos se sienten «fuertes» para seguir con las reivindicaciones
Aparte de las cuestiones salariales, el nuevo convenio daba la posibilidad de negociar una reducción en la jornada laboral, a la cual la patronal tampoco está de acuerdo según los sindicatos. Después de que la propuesta de reducir la jornada laboral a las 37,5 horas no prosperara en el Congreso de los Diputados, los sindicatos quieren buscar otras vías y negociarla en las mesas sectoriales, “tal como dijo la patronal que era su espacio natural” apunta Rueda. “Pero ahora parece que la reducción de jornada también se cuestiona en la negociación colectiva”, añade Fuertes.

Más allá de las condiciones salariales y la reducción de la jornada, los trabajadores del sector del metal también proponen otras incorporaciones en las condiciones de las plantillas, como mejores garantías de seguridad laboral y un compromiso para reducir la siniestralidad laboral en el sector, o proyectos de igualdad que sean más ambiciosos. En este sentido, los sindicatos ponen énfasis en establecer en el convenio ayudas a los trabajadores y trabajadoras que hayan sido víctimas de violencia de género, siguiendo la línea de las condiciones que se encuentran en el convenio del sector químico, apunta Rueda.
A pesar del desgaste de los últimos meses de negociación, los trabajadores del sector del metal aseguran que “están fuertes” y organizados para que el paro de esta semana “sea un éxito”. Rueda asegura que este próximo noviembre “puede ser un mes muy caliente” ante la opción de que sea necesario realizar más movilizaciones para acordar un convenio colectivo.

