La Reserva Federal vuelve a recortar los tipos de interés y da aún más aire a los inversores internacionales. El banco central de los Estados Unidos ha anunciado este miércoles una reducción del 0,25% del precio del crédito, hasta el rango de 3,25 al 3,75%. Según el comité de gobierno de la entidad, la incertidumbre económica «se mantiene elevada», y la inflación «ha subido y permanece alta». A pesar de esto, el aumento del desempleo y «la expansión moderada de la economía» que muestra el país en la segunda mitad del año justifican, según el consejo que preside Jerome Powell, una nueva inyección de adrenalina a la economía financiera de EE. UU. Powell, sin embargo, ha insistido en las últimas semanas que «no hay un camino libre de riesgo» para el regulador.
Los recortes recientes llegan tras una guerra más que abierta entre el presidente de la Fed y el de los Estados Unidos, Donald Trump, quien ha explorado en diversas ocasiones despedirlo antes de tiempo -su mandato se consume, cabe recordar, la primavera de 2026-. De hecho, la batalla sigue más que viva, como demuestran las votaciones del consejo de gobierno.
Históricamente, el disenso en el comité monetario de la Reserva era extraordinario, y se podían registrar votos críticos con cuentagotas. Este año, sin embargo, Washington ya ha experimentado dos reuniones con decisiones diferentes a las propuestas por la presidencia. En la reunión de diciembre, hasta tres oficiales públicos han propuesto alternativas a la rebaja de 25 puntos básicos, defendida por la mayoría de aliados de la Casa Blanca. Por un lado, los presidentes regionales de Chicago y Kansas City, Austan Goolsbee y Jeff Schmid, han votado por mantener los tipos intactos. Goolsbee y Schmid son perfiles eminentemente técnicos, y a menudo se han mostrado críticos con las exigencias monetarias del gobierno federal. Por otro lado, el aliado de la ultraderecha Stephen Miran, el presidente del consejo asesor económico de Trump, ha ido aún más allá, y ha reclamado reducir los tipos en 50 puntos básicos, para dejarlos cerca del 3%.

Respuesta de los mercados
Aún es pronto para leer la respuesta de los mercados al movimiento de la Fed, si bien es previsible que haya subidas bursátiles intensas por la bajada del precio del financiamiento. Sin embargo, varios analistas han alertado que una bajada fuera de tiempo puede ser contraproducente para la institución, en tanto que el capital -especialmente el internacional- puede leerlo como una rendición a Trump y, por lo tanto, una pérdida de independencia por parte de una agencia federal que debería actuar exclusivamente con criterios económicos. En este sentido, el director de inversión de la boutique financiera Gesinter, Joan Esteve, ha alertado que muchos de los inversores que desconfíen de las intenciones políticas de Powell podrían huir hacia entornos más estables, como China, donde la inestabilidad política no supone un peligro inminente. «La depreciación del dólar y el dinamismo de las economías en desarrollo sitúan a los emergentes en mejor posición para atraer la inversión», argumentaba.

