El Consejo de la Unión Europea y lo Parlamento Europeo llegaron a un acuerdo provisional porque el 70% del combustible de la aviación sea verde por el 2050. Además, en un plazo más reducido, también se ha propuesto que por el 2025, ya se utilice el combustible verde en un 2% del total. El acuerdo tendrá que ser aprobado por los representantes de los Veintisiete ante las instituciones europeas y el comité de Transporte y Turismo del Parlamento, y después tendrá que revalidarse al Consejo. Este era el último dosier para acordar del área de transporte dentro del paquete legislativo
Estos hitos, pero, serán progresivas, puesto que se ha acordado que el objetivo sea que el porcentaje de combustible verde vaya aumentando cada cinco años, de forma que en 2030 el 6% de los combustibles sean sostenibles; el 2035, el 20%; el 2040, el 42%; y el 2050, el 70%. La proporción de la mezcla de combustibles que tendrá que incluir sintéticos como la e-queroseno será del 1,2% el 2030, 2% el 2032, 5% el 2035, hasta llegar al 35% en 2050.
El acuerdo pondrá en marcha un nuevo etiquetado medioambiental que mesurará la huella de carbono por pasajero, los niveles de CO₂ emitidos por pasajero y la eficiencia de los aviones. Así pues, se tendrá en cuenta el modelo de avión, el peso que transporta o el combustible que se utiliza para acabar mesurando la contaminación totalmente. Además, estará sujeto a los criterios científicos establecidos por la Agencia Europea de la Seguridad Aérea. El dinero proveniente de las multas por incumplimiento de las aerolíneas, aeropuertos o proveedores de combustible se destinarán en la investigación y la innovación, para abaratar los combustibles sintéticos.
Biocombustibles sin materiales de palma
El acuerdo contempla como sostenibles combustibles sintéticos, algunos biocombustibles producidos a partir de residuos agrícolas, forestales o algas, biorresiduos, aceite de cocina usado y algunas grasas animales, combustibles de aviación reciclados producidos a partir de gases residuales, y residuos de plástico. El hidrógeno renovable también se incluye como parte de un mix de combustible sostenible. Por el contrario, no se considerarán ecológicos los combustibles basados en cultivos alimentarios y forrajeros, ni los derivados de materiales de palma y soja.