Los establecimientos de ocio nocturno del Front Marítim de Barcelona es uno de los puntos con más facturación y mayor plantilla de todo el sector en Cataluña. Según un estudio elaborado por Pricewaterhouse Cooper (PwC) y promovido por las patronales Fecasarm y Spain Nightlife, asegura que los locales generaron un impacto económico de 165 millones de euros el año pasado y una recaudación fiscal de 32,7 millones de euros. Así mismo, el documento concluye que el sector en este punto de la ciudad creó 3.143 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos. En cuanto a las quejas de los vecinos, PwC explica que el año que se recibieron más quejas vecinales fueron en 2021 coincidiendo con el cierre de los locales por la covid.
Por cada puesto de trabajo directo en el frente marítimo, se derivan dos totales en Cataluña. Esta es una de las conclusiones que pose de manifiesto el informe publicado este martes. Así pues, queda por escrito que el ocio nocturno es uno de los motores clave de la economía de la ciudad. El estudio también pone de relieve que por cada 10.000 clientes internacionales que visitan estos locales se crean 13 puestos de trabajo a la economía catalana. “Las empresas de la Asociación Frente Marítimo son, dentro de la industria del ocio nocturno, las que tienen una mayor facturación y una mayor plantilla de toda Cataluña”, sostiene la directora Strategy&Ecnomics de PwC, Anna Merino.

El tercer lugar más visitado de Barcelona
El informe también reconoce el Front Marítim como el tercer lugar de la ciudad más visitado, con 2,1 millones de turistas, un 83% más que el 2014, después del Parc Güell y la Sagrada Família. Esto supone, añade, que el 21,65% de los turistas que visitan la ciudad —el 79% del cual extranjeros— optan para pasar sus momentos de ocio en locales del AFM.
Otro de los aspectos que valora el informe es la convivencia con los vecinos y concluye que la actividad reglada y responsable del ocio nocturno puede contribuir a mejorar la calidad de vida de los residentes de la zona donde se han ubicado los locales. De este modo, el estudio remarca que la actividad regulada dentro de los locales no es un problema y no crea conflicto con los vecinos. Aparte, asegura que fue después de la pandemia, cuando los locales todavía estaban cerrados, que hubo más denuncias.