Los créditos a los consumidores y las empresas en el Estado español sufren una importante caída en septiembre lastrado por los tipos de interés. Las decisiones de política monetaria del Banco Central Europeo, que han encarecido sustancialmente el acceso a financiación bancaria para el conjunto de actores económicos, han provocado un retroceso de los préstamos a las familias españolas de un 1,9% en términos interanuales, hasta los 685.134 millones de euros. La financiación a empresas cae, por su parte, todavía más: según datos publicados este viernes por el Banco de España, el sector privado del Estado ha conseguido 918.783 millones de euros de crédito, un 3,7% menos que durante septiembre del 2022.
La pérdida del crédito concedido a las familias, arrastrado por los disparados intereses que el BCE impone a la banca del continente, ha caído durante el noveno mes del año en 17.883 millones de euros si se compara con el mismo mes del pasado curso. Por su parte, el sector privado ha perdido más de 41.500 millones de euros en financiación bancaria durante el mismo periodo, en una clara ralentización de la actividad empresarial marcada no solo por las decisiones de Frankfurt, sino también por la escalada de precios que todavía sufren las empresas y por las presiones macroeconómicas generadas por la guerra en Ucrania. Justo es decir que la caída del crédito tiene un efecto secundario positivo: el endeudamiento de los consumidores del Estado cae durante el noveno mes del año en más de 500 millones de euros; mientras que el del tejido de negocio retrocede en más de 2.300 millones.
El sector inmobiliario lastra el crédito
Justo es decir que no todo el crédito privado muestra la misma tendencia. Los préstamos al consumo, según los datos del Banco de España, muy minoritarios dentro de la financiación bancaria a los compradores, crecen un 4,1% interanual durante septiembre, hasta los 97.300 millones de euros. Las hipotecas, pero, hunden los flujos de capital, con una pérdida interanual de 17.880 millones. Así, los préstamos hipotecarios se quedan por debajo de los 500.000 millones a cierre del tercer trimestre. El resto de préstamos a familias se mantienen relativamente estables, con unos 85.000 millones de euros en el periodo estudiado, una pérdida de 2.000 millones respecto de 12 meses antes.