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PSOE y sus socios de izquierda enfrentados por la reforma fiscal

La reforma fiscal del PSOE, que incluye el nuevo impuesto a la banca y la reforma del de Sociedades, sigue sin los apoyos de Sumar, socio minoritario del gobierno español, y de varios aliados parlamentarios como Esquerra Republicana o EH Bildu, y por ello se deberá decidir por votación el próximo lunes en la Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados. La reforma tributaria del ala socialista del ejecutivo de Pedro Sánchez ha comenzado a estudiarse este miércoles a puerta cerrada en el Congreso, en la fase de ponencia, y ha superado el trámite dejando las espadas en alto, ya que solo se han incluido enmiendas de carácter técnico que no tienen nada que ver con el gravamen a la banca y las energéticas.

En concreto, la ponencia ha aprobado por mayoría incluir en la ley, que tiene como objetivo principal fijar un impuesto mínimo global del 15% para empresas multinacionales, solo cuatro enmiendas del PSOE relacionadas con este nuevo tributo que nace de la transposición de una Directiva Europea. El resto de enmiendas para mantener el impuesto a la banca, subir la fiscalidad al tabaco, gravar los vapeadores, reformar el impuesto de sociedades o aumentar las rentas del capital se han dejado fuera del informe para que se debatan el lunes en la Comisión de Hacienda, una reunión que ya será a puerta abierta.

La reunión de la próxima semana será clave. Allí se decidirá el futuro de la reforma fiscal ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo generalizado debido a la división del bloque de investidura, ya que Junts per Catalunya quiere eliminar el tributo a empresas energéticas y Sumar, ERC, Bildu y Podemos exigen mantenerlo ante los beneficios récord que han registrado empresas del sector. Así, la próxima semana se debatirá un paquete de propuestas que incluye el pacto suscrito entre PSOE y PNB para convertir el gravamen a la banca en un impuesto sobre el margen de intereses y las comisiones de las entidades, para que así pueda ser gestionado por las haciendas forales y permita suavizarse. Está diseñado con un nuevo carácter progresivo que irá del 1% al 6% en función de la base liquidable y permitirá la deducción del 25% de la cuota de sociedades.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, antes de comenzar el debate de investidura / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, antes de comenzar el debate de investidura / Alejandro Martínez Vélez – Europa Press

Discrepancias sobre el tributo extraordinario a las energéticas

Y también resulta relevante lo que no está en estas enmiendas. Y es que el PSOE ha obviado en sus propuestas el gravamen extraordinario sobre las empresas energéticas, que decaerá el próximo 31 de diciembre, lo que ha generado el enojo del socio minoritario del Gobierno, Sumar, y otros aliados parlamentarios como Esquerra Republicana, EH Bildu o Podemos. Estas formaciones defenderán sus enmiendas para convertir en permanentes los impuestos a banca y energéticas, y algunas formaciones ya han aseverado que la permanencia del tributo energético es una línea roja para apoyar el proyecto de ley del gobierno español.

Una posición que colisiona con la de Junts, que avisó que no apoyaría la permanencia del tributo a las energéticas si esto perjudicaba una inversión de 1.100 millones de euros en Tarragona por parte de Repsol en un proyecto para convertir residuos urbanos en combustible. Por su parte, el PNB no está en contra de mantener el gravamen a energéticas siempre que introduzca algunas deducciones y se convierta en un impuesto para que Euskadi y Navarra puedan gestionarlo.

El PP hará de árbitro del bloque de la investidura

Pero estas propuestas de los socios del PSOE solo podrán salir adelante con el apoyo de los socialistas, y lo que han pactado con PNB y Junts, dada la oposición de la izquierda, necesita el apoyo del PP para prosperar. Es decir, este panorama de división en el bloque de investidura deja al PP como árbitro en la comisión y sus votos serán determinantes para decidir el futuro de las enmiendas registradas. La oposición del PP y Vox a la política fiscal del ejecutivo de Sánchez obliga a que todos los socios de investidura apoyen con su voto el resto de enmiendas planteadas por el PSOE, que quiere aprovechar esta ley para emprender una reforma fiscal de peso, con nuevas figuras tributarias y modificaciones relevantes en el Impuesto de Sociedades.

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