Medio año después del acuerdo histórico entre la Unión Europea y Mercosur, el libre mercado entre estos dos territorios parece todavía lejos de concretarse. La oposición al pacto con la zona económica que agrupa a Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay de algunos países como Francia, no ha permitido hasta ahora ratificarlo y lo ha dejado como una de las grandes asignaturas pendientes de los 27 estados miembros de cara a este curso. Con el objetivo de acercar posturas y conseguir el visto bueno galo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha interpelado directamente a su homólogo francés, Emmanuel Macron, para que acepte el acuerdo comercial y levante este veto.
«No dejaré la presidencia de Mercosur sin concluir el acuerdo comercial con la UE. Abran el corazón a esta posibilidad», declaró este sábado el dirigente brasileño en una rueda de prensa recogida por Europa Press desde París, donde está de visita durante casi una semana. Lula da Silva -que asumirá la dirección de Mercosur el mes próximo, tomando el relevo de Argentina- considera que este pacto es una oportunidad única para que la UE y la unión aduanera sudamericana aprovechen nuevos mercados en medio de la feroz competencia de China y las amenazas arancelarias del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. «Esta es la mejor respuesta que nuestras regiones pueden dar ante el escenario incierto creado por el retorno del unilateralismo y el proteccionismo arancelario», insistió el presidente brasileño.
En concreto, el acuerdo supondrá para Brasil, la economía más grande de Mercosur, un impulso para su gigantesca industria agrícola. Por ello, Lula da Silva ha aprovechado su visita para presionar a Macron y así conseguir cerrar las negociaciones en diciembre, durante una cumbre de los líderes del bloque. Si el pacto se aprueba, sería el acuerdo comercial más grande jamás firmado por cualquiera de los dos bloques.
Garantías para culminar dos décadas de negociaciones
Es importante recordar que este pacto se dejó prácticamente sellado después de dos décadas de negociaciones a finales del año pasado durante la visita que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hizo a Uruguay. Las condiciones que surgieron de aquellos encuentros fueron calificadas por Macron de inaceptables. De hecho, Francia se comprometió a bloquear su ratificación si seguía adelante en estos términos. Para el presidente galo, este acuerdo no puede aprobarse si no hay garantías de que las empresas de Mercosur deberán cumplir con las mismas normas sanitarias y medioambientales que sus homólogos europeos.

