Este mes de marzo el gobierno español ha aprobado la enésima reforma de las pensiones en el estado y a raíz de esto el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, está haciendo una gira para presentarla a los agentes sociales de todo el estado. Este viernes ha sido el turno para Pimec, con quien ha compartido un almuerzo de trabajo en Terrassa. En este acto, el presidente de patronal de la pequeña y mediana empresa catalana, Antoni Cañete, le ha querido mostrar su apoyo a la reforma en sí, pero ha reprochado al ministro que la reforma llega tarde. Concretamente, el empresario catalán ha resaltado que “la reforma llega tarde y esta demora en la toma de decisiones, que a priori estaban consensuadas en el Pacto de Toledo, ha provocado un déficit al sistema de 580.000 millones de euros”.
Todo y este pequeño reproche al ministro, Cañete, le ha reconocido que esta última reforma de las pensiones «era absolutamente necesaria», puesto que el sistema actual ya hace años que presenta dificultades «muy importantes» y había que tomar medidas urgentes para volver a reequilibrarlo de nuevo. Hay que recordar que el sistema español de pensiones es un sistema solidario y para que esté equilibrado la demografía se tiene que ajustar a unas condiciones específicas que ahora mismo no se dan. Ahora bien, podría seguir funcionando si los sueldos de la masa trabajadora fueran más elevados, pero esto ya hace años que tampoco se da.

Una reforma ambiciosa
En esta línea, Cañete también ha considerado que la reforma de las pensiones de Escrivá «es ambiciosa, puesto que incluye automatismos y fuentes externas de impacto a derechos y deberes innovadores» y ha añadido que «parte de una visión optimista» si se tiene en cuenta que incrementa el gasto de las pensiones a partir «de incrementar ingresos sobre una estimación de población trabajadora alta».
Cañete también ha señalado que «es un dato objetivo que la introducción de mecanismos para mejorar los ingresos del sistema, como el MEI, la cuota de solidaridad, o el incremento de la base máxima» supondrá para el sistema un encarecimiento de las cotizaciones y de los costes laborales de las empresas y, por lo tanto, que tendrá impacto en la creación de ocupación. En este sentido, el presidente se ha mostrado preocupado para que la «reforma no tenga en cuenta la dimensión de las empresas», pidiendo al ministro que el nuevo sistema sea más flexible en este sentido.
Finalmente, Pimec también ha reclamado la mejora sustancial de la gestión de las bajas por incapacidad temporal, puesto que con los cambios introducidos por la reforma «se entorpece todavía más la gestión de las bajas y se acentuarán las dificultades de las empresas para gestionar el absentismo laboral», añadiendo que «si la reforma que se ha hecho quiere ir en la línea de sacar tensión al sistema sanitario, esto se resuelve trasladando la gestión a las mutuas colaboradoras».