«Alcachofas y chips, turistas y manzanas». Salvador Illa, y con él el Partido de los Socialistas de Cataluña, lo quiere todo a partir del 12-M. En unas elecciones que se han planteado desde algunos espacios como un «plebiscito» entre modelos de país, el PSC -primero en las encuestas a una distancia saludable de sus oponentes-, quiere pasar página en el ámbito nacional; pero sostener el ritmo en el económico. Para el diputado Jordi Riba, decimotercero de los socialistas en la lista electoral por Barcelona, «es muy difícil inventar
El 12-M, según a quien pregunte, es un plebiscito entre modelos de país, de modelos productivos. Cómo es el que piensa el PSC para Cataluña?
Nuestro candidato Salvador Illa ha repetido a menudo una frase que recoge bastante bien nuestro modelo económico: queremos alcachofas y chips, volamos turistas y manzanas. Un modelo que responda a la complejidad que tiene el país. Hace falta un esfuerzo para reindustrializar el país, lograr el 25% del PIB industrial. Pero esto no queremos que se haga en detrimento de los otros sectores: el primario, que es ii tiene que continuar siendo importando en Cataluña; y también el terciario. Los servicios son el sector más importante del país en términos de producto interior bruto, e incorpora el turismo. El turismo es una fuente de riqueza y prosperidad que se tiene que gestionar para minimizar las externalidades negativas que pueda producir. Es muy difícil inventarse ex novo un modelo económico. Tenemos que mejorar nuestra posición a partir de los activos que ahora mismo tenemos, que son muchos. El que tenemos que hacer es dar curso porque este potencial se desarrolle en plenitud.
Como valora, en este sentido, la gestión que ha hecho el Gobierno saliente de estos activos?
La economía catalana, y la española, tienen un comportamiento bueno. Tenemos unos ritmos de crecimiento del PIB que multiplican por cinco las del entorno comunitario. En España esto se ha hecho con políticas que han mejorado la capacidad del estado del bienestar, que empiezan a revertir la tendencia a la desigualdad. SMI, pensiones, reforma laboral… El Estado tiene unas bases sólidas, de las cuales Cataluña ha estado partícipe y beneficiario. En la Generalitat, el gran déficit ha sido la pérdida de oportunidades por la carencia de capacidad del Gobierno para tomar decisiones. Hace falta consenso, todo el diálogo necesario, pero gobernar es decidir. Y el Gobierno no lo ha hecho en cuestiones que son estructurales para la sociedad.
Un ejemplo es el agua. La carencia de toma de decisiones en cuanto a las estructuras de regeneración y desalación de agua nos ha llevado al cariz del abismo en un elemento básico de la sociedad, pero también del desarrollo económico. El mismo ha sucedido con la energía: estamos a la cola de España y Europa en transición ecológica. Descarbonitzar no solo es una necesidad desde el punto de vista de supervivencia; sino también un factor de competitividad. Las empresas piden energía limpia, porque los consumidores exigen productos fabricados con fuentes energéticas renovables. Ha habido una carencia clamorosa de toma de decisiones. Ahora la oleada nos ha atrapado, y todavía viviremos en esta situación en un periodo de tiempo largo. Tenemos que pasar página de una década donde la atención política se ha centrado en otras cuestiones de carácter más identitario.
Parte de esta carencia de toma de decisiones, le dirían desde el Gobierno, viene de una carencia de recursos, del déficit con el Estado. Ponen sobre la mesa ejecutar el consorcio tributario que recoge el Estatuto del 2006. Han calculado cómo mejoraría esto la capacidad recaudadora de Cataluña?
El consorcio tributario tiene varias virtudes. La primera, una política: dar cumplimiento en el Estatuto. Una segunda de carácter financiero: el consorcio tributario resuelve el problema de los anticipos, en la medida que los ingresos se quedan aquí directamente, sin tener que esperar a las liquidaciones a dos años vista. Y una tercera, más económica: la mejora de la capacidad de luchar contra el fraude fiscal. El principio de cogovernança podría mejorar los mecanismos de control de la economía sumergida. Pero el consorcio es solo una de las cosas que decimos: también hace falta un nuevo modelo que aspire a mejorar la financiación de la Generalitat, acercarnos el máximo posible al ordinalitat. El modelo actual, como consecuencia de la no-renovación de las bases cuando tocaba, implica que la distribución de los recursos que cada una de las administraciones gestiona se ha desequilibrado. Las comunidades gestionan ostensiblemente menos, y tenemos que tender hacia el equilibrio. Porque las tendencias de los costes de los servicios gestionados por los territorios han tenido un crecimiento superior al de las competencias del Estado.
Todos estos elementos, pero, son denominador común de interés de todas las comunidades. Otra cosa es como distribuimos los recursos horizontalmente; pero la primera cuestión a poner encima la mesa es la vertical. Después ya venden los criterios de distribución.
El consorcio es la parte de la propuesta del PSC que sí que es singular en Cataluña. Cómo responderá a esto el Consejo de Política Fiscal y Financiera y los presidentes del resto de comunidades?
No es fácil, ni políticamente ni técnica. La gestión de algunos impuestos, como el IVA, tiene su complejidad. Pero escuche, es una ley orgánica, el Estatuto, que además ha pasado los filtros del TC. No hay nada a discutir, porque se tiene que cumplir la ley. Se tiene que hacer desde Cataluña el ejercicio de agotar el recorrido de nuestras competencias, que es el que no se ha hecho los últimos años.
La carencia de ejecución de las inversiones del Estado es un componente central del déficit. El señor Illa reivindica «volver a trabajar» porque todo aquello planeado, se ejecute. No se ha hecho, este trabajo, antes del 12-M?
La carencia de ejecución no es por voluntad política. Un político puede sufrir cuando plantea un presupuesto, allá hay costes y ganancias. No cumplirlos después no hay ningún tipo de interés.
Compartirá, pero, que llama la atención la diferencia entre Cataluña y Madrid, por ejemplo.
Es evidente. Los proyectos de inversión de infraestructuras son largos: en maduración, en redacción y en ejecución. Cuando Pedro Sánchez llega al gobierno español el 2018, hay una absoluta carencia de proyectos. Iniciarlos, más allá de la voluntad política, tiene dificultades de gestión. Es una realidad que no me gusta, pero es una realidad. Ya me gustaría que el 2018 los proyectos de mejora de las Cercanías hubieran sido preparados! Pero todo esto no estaba. Y no hay supermercados de trenes; el proceso requiere tiempo. Las inversiones que se están llevando a cabo a Cercanías, según nos dicen los expertos, no se pueden ejecutar más rápidamente, porque superamos el punto en que las incidencias que generan las actuaciones de mejora acaban siendo contraproducentes.
Por otro lado, es cierto que los índices de ejecución son los que son, pero la ejecución absoluta también es la que es. Los niveles de ejecución en euros en Cataluña son los más altos de la serie histórica desde hace muchos años, y están por encima de los de Madrid. El año pasado se ejecutaron en Cataluña inversiones por 940 millones de euros, 250 millones por encima de la CAM. Las inversiones que se han hecho son las que hacen falta, las que son necesarias.

La inversión necesaria está más cerca de la ejecutada o de la presupuestada?
No se ha presupuestado de más. Se tienen que entender los periodos de maduración y ejecución de los proyectos porque todo se lleve a cabo. En Cercanías, llevábamos 10 años de atraso porque no se había hecho nada. Tenemos una rémora que tenemos que recuperar.
Y no tiene carga política esta carencia de proyectos?
Evidentemente, hay carencia de voluntad política por parte de quien tenía responsabilidad antes del 2018. Pasa con Cercanías, pero también con otras cuestiones. Igualmente, tenemos que hacer una reflexión como país sobre la dificultad que hay cada vez que se plantea una infraestructura. No podemos estar diciendo con una mano que faltan infraestructuras, que falta inversión, y con la otra generar un problema irresoluble cada vez que se plantean.
Parla de el aeropuerto
El aeropuerto, la ronda de el vallès… Infinidad de infraestructuras. Cataluña es un país denso. Tenemos que pensar si todo el que planteamos tiene que acontecer un trauma. Es contradictorio. A veces costa que nos entiendan: cada vez que planteamos una inversión, es un drama! De nuevo, tiene que haber consenso, tiene que haber diálogo; pero gobernar es decidir.
El señor Illa plantea una lucha contra el dumping fiscal. Qué puede hacer un presidente de la Generalitat para vigilar esto?
Cataluña tiene que implicarse en la gobernabilidad del conjunto de España. No tenemos que aislarnos, sino participar en la política del Estado; a diferencia del que se ha hecho, por ejemplo, en los Consejos de Política Fiscal y Financiera. Con el dumping fiscal, el Estado ha tomado medidas: para paliar la situación del impuesto de Patrimonio, entra en vigor el de Grandes Fortunas, con un modelo que además no es muy original. Muchos sistemas fiscales de carácter federal dicen el mismo: el impuesto existe, si no lo recauda usted, lo recaudo yo. La Generalitat tiene que poner encima la mesa cuestiones como estas, en defensa de un modelo de economía y de sociedad. No es posible, ni buena, una competencia a la baja en fiscalidad. Y el nuevo modelo de financiación tiene que incorporar mecanismos por acotar esta competencia, que es carrera hacia el precipicio. Si todo el mundo va a la baja para atraer actividad, es un juego de suma negativa.
En cuanto a los impuestos catalanes, el programa del PSC combina una reivindicación de la progresividad con una fiscalidad «competitiva» para varios sectores económicos. Cómo encaja, esto? Se lo pregunto porque a menudo el mundo empresarial identifica competitividad con bajadas de impuestos.
Muy claro: hay un diferencial de tres puntos de recaudación con la Unión Europea. Sin ninguna ambigüedad, no tiene que haber una política general de reducción fiscal. Los servicios públicos se tienen que financiar. Hace muy poco tiempo vivíamos una situación crítica, como fue la pandemia, que exigió un aumento del gasto público. Felizmente, la reacción fue diametralmente diferente a la de la crisis del 2008, que tuvo consecuencias nefastas. Esto ha permitido la continuidad de un tejido productivo que de lo contrario se hubiera destruido, y ha contribuido a fundamentar la recuperación. Pero todo esto fue endeudamiento. Insisto: prudencia fiscal desde el punto de vista de la defensa a ultranza de las políticas anticíclicas. Sería contradictorio poner el foco en los servicios públicos con hacer propuestas fiscales que cuestionan su financiación.
Otra cosa es que Cataluña tiene 12 impuestos propios. Funcionan todos bueno? Creemos que no. Hay impuestos que tengo serias dudas que la recaudación sea igual o superior a los costes de gestión.
Por ejemplo?
Hay impuestos que recaudan poco más de dos o tres millones de euros! En otros casos, pero, la reflexión se tiene que hacer por su eficacia. Los impuestos pigouvians, como el de emisiones, tenemos que evaluar bien si tienen el efecto que se buscaba. Si no lo están teniendo…
Y qué impresión tienen?
Algunos no.
El de emisiones?
Los datos nos dicen que no estamos reduciendo las emisiones del vehículo privado. No pongo en cuestión el impuesto, ni siquiera el concepto que quién contamina, paga. Pero no podemos fiar toda la apuesta política por la electrificación en el país a este impuesto, porque no está funcionando ahora mismo. Esto es un principio de evaluación de políticas públicas; ver si se tiene que ampliar, mejorar o suprimir. Prudencia en la gestión del paquete fiscal, pero abierta a mejorar su eficiencia y eficacia.
Cambiando de tercio, hablan de la necesidad de lograr el 25% de PIB industrial, ligado en un nuevo Acuerdo para la Industria. Qué relación tiene esto con el PNI vigente? Se tiene que superar este acuerdo, que tiene algo más de un año?
El mismo, tenemos que evaluar. Los efectos del Pacto Nacional para la Industria nos está llevando al camino de lograr este crecimiento? Vamos cortos, vamos largos, tenemos que mejorar? No podemos dar las cosas por hechas, que porque hay un plan ya llegaremos al umbral.
El acuerdo que proponen empezaría el 2025, sería una sustitución relativamente rápida. Tienen ya alguna valoración de los agentes sociales de cómo funciona el Pacto vigente?
Es simplemente evaluación de los objetivos.
No está funcionando, el pacto?
Lleva un año, tenemos que hacer un seguimiento permanente y constante. En ningún caso sobran esfuerzos.
Qué tipo de proyectos industriales prioriza el PSC?
Cataluña es afortunadamente una economía suficiente diversificada. Hemos conjugado dos factores interesantes: diversificación y presencia de clústeres de varios sectores. Que no son dos cosas contradictorias; es un país bastante grande para conjugar las dos realidades. Tenemos que partir de la base de los activos que tenemos, para mejorarlos y potenciarlos. Somos muy potentes en agroalimentaria, tenemos una industria química fuerte, tenemos un sector del automóvil que tiene una transición importantísima a hacer. El tema tecnológico tensa de forma importante. Todos los sectores tienen activos, el que se tiene que hacer es no frenarlos; apoyar porque tengan su recorrido. Todas las medidas del Pacto, y las adicionales que sean necesarias.
Los grandes proyectos industriales catalanes vienen de inversiones asiáticas. Sufren porque estas iniciativas sean internacionales? Cómo se puede garantizar que Lotte o Chery no acaben haciendo el mismo que Nissan?
Garantizar, no podemos garantizar nada. Tenemos que continuar atrayendo inversión extranjera. Garantizar que las condiciones para que Cataluña sea un país bueno para invertir. La mejor manera de evitar que alguien marche de un lugar es que esté bien; si el capital internacional se acerca es porque considera que Cataluña es un buen lugar para invertir. Cómo? Con confianza, seguridad jurídica, certezas. Uno de los principales problemas que nos plantean es la capacidad de generación de talento para nutrir la nueva demanda de trabajo especializado.

Es más útil, pues, adobar el terreno que no poner vallas?
Seguro. Las vallas se acaban saltando.
Proponen acordar un salario de referencia en Cataluña. En el gobierno del Estado, su socio de coalición tiene experiencia con la respuesta negativa de las patronales a las últimas alzas del SMI. Qué hay de diferente, en Cataluña?
Las cosas se tienen que tratar en el diálogo social. Lo que no puede ser es imponerlas, tomar decisiones sin conocimiento. Lo que tenemos que garantizar, por este factor de seguridad jurídica, es que no haya sorpresas. Con el SMI no ha habido, el resultado es manifiestamente positivo. No se han producido dinámicas de destrucción de ocupación. Es una realidad que Cataluña tiene unos niveles de vida altos, y es más que razonable plantear este salario de referencia. El equilibrio necesario entre la viabilidad de las empresas y la demanda interna, que es la parte más importante de nuestro crecimiento. La mejora salarial no solo es una cuestión de justicia social; aumentamos la demanda, la gente consume.
Las experiencias recientes, pero, no son las más limpias; como demuestra el último Acuerdo Interprofesional de Cataluña.
Insisto: hay que propiciar que el diálogo social funcione, que es el mejor mecanismo. La responsabilidad primera del Gobierno es procurar que haya un marco adecuado de confianzas para que el diálogo se produzca con plenitud.
Manzanas y turistas, decía. En el programa, al turismo ponen el apellido de «sostenible». Se puede hacer esto sin reducirlo?
Le doy un dato: el 2023 se produce una situación muy interesante desde el punto de vista medioambiental. El Estado crece económicamente un 2,5% con una reducción del 7,8% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se demuestra con hechos que se puede crecer, y hacerlo de manera sostenible.
No es lo mismo esto, y más en un ámbito de crecimiento de las renovables en el Estado, que la presión del turismo sobre el territorio.
Le planteaba la analogía. Es posible si hacemos las políticas adecuadas para conjugar crecimiento económico con mejoras medioambientales. Pues lo mismo con el turismo. Es evidente que hay territorios en los cuales hay una saturación, que es contraproducente. Hay que atender estas externalidades negativas, que acaban haciendo daño a el mismo sector. Hay un recorrido de mejora desde el punto de vista de la desestacionalización, o de la distribución territorial para compensar la saturación de algunos puntos.
La desestacionalización es uno de los candidatos que usan para defender el Hard Rock. Marca este el proyecto el camino para las políticas para gestionar el turismo en el país?
No, lo marca la desestacionalización. No giremos las premisas: el Hard Rock tiene este efecto, pero es otra cuestión. El Hard Rock, y nos hemos hartado de decirlo, no es nuestro proyecto: lo concibió un Gobierno de Convergència; lo modificó un consejero de Economía de Esquerra Republicana. El tema del Hard Rock tiene más a ver con las certezas y la seguridad jurídica que con otras cuestiones. Que también: el territorio considera que es un proyecto positivo, que el juego es solo una parte. Yo no tengo ningún aferramiento.
Depende del que consideramos por territorio. Es cierto que instituciones y empresarios están a favor…
Y sociales, hay de todo. Están manifiestamente a favor. Todos los alcaldes que tienen representación defendieron abiertamente el proyecto. Cámara, patronales… Hay opiniones en contra? Todo proyecto tiene. No es que sea el modelo, pero tiene efectos de desestacionalización.
Cuál es, pues?
Se lo decía: desestacionalización, reequilibrio territorial y combatir las externalidades negativas.
Para el reequilibrio territorial hay que hacer cosas para que el visitante quiera ir a otros puntos.
Evidentemente: mejorar las infraestructuras, incluso las de alojamiento. Algunos territorios que tienen activos patrimoniales, turísticos, tienen carencias en el sector hotelero. No podemos pretender que el sector se reequilibre sin estas infraestructuras. Desde la promoción, tenemos que continuar potenciando los elementos que han estado palo de pajar del modelo: Barcelona, el turismo de verano; pero también otros activos en el territorio.
La oposición a los macroproyectos le diría que estas infraestructuras hoteleras entran en conflicto, por ejemplo, con la gestión de la sequía, por su elevado consumo de agua.
La transición ecológica requiere hacer las cosas bien, no dejar de hacerlas. Tenemos que ser capaces de crecer económicamente con el máximo respecto al medio ambiente. Con un cambio de modelo en cuanto a las fuentes de energía. Y con el agua, exactamente el mismo: hemos de poder generar actividad económica en base a una gestión sostenible de los recursos hídricos. Esto quiere decir hacer inversiones en mejora de los sistemas de riego, incidir en los mecanismos de regeneración del agua.
Hacer las cosas muy hechas, como dice, permite continuar creciendo?
Sin hacerlas biem hechas, no podemos crecer.
Pero materialmente se puede? Hay recursos, más allá de la eficiencia, para hacerlo?
Con las apuestas de regeneración de agua, de regeneración, de cambio de modelo energético; estamos convencidos que es así. Y no solo lo decimos nosotros. El Proencat está hecho sobre un escenario hasta el 2050 de crecimiento económico sostenido; y con una previsión de sustitución de las fuentes y mejora de la eficiencia.
El programa socialista recoge la necesidad de «luchar contra la vivienda vacía». En qué medidas se traduce, esto?
Medidas por rehabilitar. La mayoría de vivienda vacía tiene algún tipo de déficit de habitabilidad. Los propietarios no tienen pisos vacíos, habiendo la tensión que hay, si se pueden poner en alquiler. Por lo tanto, hay que facilitar que estos inmuebles se puedan reacondicionar, tanto desde el punto de vista de la habitabilidad como de la eficiencia energética, porque se reincorporen al mercado. Es una necesidad ética, social y económica; pero también es un proceso largo y costoso. No sacaremos las 150.000 viviendas que queremos recuperar de hoy para mañana.
Más allá de los pisos vacíos, qué gestión piensan que necesita la muchedumbre de viviendas que están a mercados que no son residenciales, como el turístico o el temporal?
El problema de la vivienda es un desequilibrio entre oferta y demanda. Incorporando pisos vacíos, generando nuevas viviendas. En cuanto a los pisos dedicados a usos no residenciales, se tienen que prever mecanismos para compensarlo. Los pisos de usos no residenciales es una actividad económica, con ciertos impactos. En algunos lugares tiene más externalidades negativas, pero en otros tiene aceptación institucional y social. No se puede hacer un abordaje de esta situación uniforme en todo Cataluña. No es el mismo Barcelona que Vielha, La Bisbal de Ampurdán o Igualada.

Acabamos con el aeropuerto. Ustedes lo quieren ampliar. Cuál es la propuesta, de todas las que hay, que más los encaja?
Barcelona tiene que continuar siente un aeropuerto de carácter internacional de primera división. Tiene que luchar por la competitividad económica de Cataluña como territorio. Y no por el turismo, sino por otras actividades económicas que están inherentemente vinculadas a tener un hub internacional. Si abandonamos esta Champions de los aeropuertos, los vuelos se producirán igual, pero a otro destino. Esto consiste a mejorar la capacidad de operaciones por hora, y los técnicos dicen que el que hace falta es ampliar la pista. Supone una inversión posible, que es compensable desde el punto de vista medioambiental.
El Aeropuerto se tiene que gestionar desde Cataluña?
Se tiene que ver como encaja esto en el modelo aeroportuario. Aena es una empresa cotizada, y se han de encajar todos los elementos. El que nos tiene que importar es la operativa, no quién la gestiona. La operativa se tiene que adecuar a las necesidades del país. Por lo tanto, tenemos que pensar en todos los elementos de cogovernança que permitan que quién lo gestiona haga aquello que es necesario para el país.
No se ha priorizado Barajas por sobre del Prat en algunas instancias?
Consideramos que han estado más rápidos, por no decir otras cosas. Esto es indiscutible.