La inestabilidad económica y las turbulencias geopolíticas vuelven a sacudir las perspectivas de la economía global, que afronta unos meses inciertos con dos guerras —Ucrania y Gaza— que amenazan de desestabilizar el mundo. Cuando la economía tiembla, los inversores corren a buscar los valores de refugio. Y no hay ninguno como el oro, cuyo precio está disparado y bate todos los récords históricos. La onza de oro troy —que se utiliza en el comercio anglosajón en metales preciosos como el oro, la plata o las piedras preciosas y equivale a 31,1 gramos— se paga ahora mismo a unos 2.277 dólares, un 1% más que el día anterior. El metal precioso logró su máximo histórico este martes poco antes del cierre de las bolsas europeas, pero después cayó hasta los 2.250 dólares y posteriormente volvió a subir hasta los 2.270 dólares.
El precio de la onza de oro ya había batido su récord este martes por la mañana. La semana pasada el aumento del índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE, en sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, el equivalente al IPC, y las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, sobre la necesidad de consolidar el proceso desinflacionista antes de plantearse un recorte de tipos de interés pusieron en alerta a los analistas y prepararon las condiciones ideales para una subida del precio del oro. Desde enero, el oro se ha revalorado un 10%, a pesar de que la mayoría de las ganancias se concentran en marzo a raíz de las declaraciones de intenciones de los bancos centrales de todo el mundo sobre las dudas que genera la eventual bajada de tipo que esperan los mercados. El Banco Central Europeo (BCE), por ejemplo, no hará ningún movimiento antes de junio y su junta directiva mantiene un debate encendido sobre el mejor momento para bajar los tipos.

El precio del oro, un refugio para los bancos centrales
Durante el mes de marzo, el precio del oro ha marcado varios récords históricos al acercarse y superar por primera vez los 2.200 dólares, una tendencia que tiene continuidad este mes de abril y está a punto de llegar a los 2.300 dólares. El estratega de mercados emergentes de Ostrum AM, Zouhoure Bousbih, afirma en un informe recogido por Europa Press que la fiebre del oro se explica, en gran parte, por una mezcla de factores geopolíticos y la diversificación de las reservas en dólares de los bancos centrales de países emergentes. Bousbih anuncia que las condiciones financieras tienen un impacto determinante en las perspectivas de precios a corto plazo, mientras que la demanda, en especial de los bancos centrales, tiene más influencia en el precio a largo plazo. En esta línea, el analista apunta que el oro solo representa el 7% de las reservas de los bancos centrales de los países emergentes, que, sin embargo, se han más que duplicado desde la crisis financiera de 2008.
Los grandes protagonistas del mercado son China, Rusia, India y Turquía, que apuestan por el oro para “diversificarse y alejarse del dólar, que continúa representando dos terceras partes de las reservas de los bancos centrales de todo el mundo”. La pérdida de confianza de las potencias emergentes en el dólar tiene motivaciones económicas y geopolíticas. La “deuda colosal” de los Estados Unidos también juega un papel importante. Este año está previsto que la demanda de oro continúe subiendo por la inestabilidad en Ucrania y en el Oriente Medio, con las elecciones en los Estados Unidos de telón de fondo. Las sanciones a Rusia y la congelación de activos de Moscú en todo el mundo también han puesto en alerta a muchos países. “A falta de una alternativa al dólar, el oro se ha convertido rápidamente en la manera [más eficaz] de preservar las reservas de las sanciones estadounidenses”.