El gobierno español salva los muebles a última hora tras el caos de la comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados. Moncloa ha logrado, finalmente, aprobar el dictamen del impuesto complementario a las multinacionales, que asegura que las grandes empresas abonen un mínimo del 15% en concepto de sociedades para desincentivar su fuga a paraísos fiscales. La tasa pasará, pues, al pleno del Congreso; pero lo hará sin buena parte de la amplia reforma fiscal que el ejecutivo de Pedro Sánchez había intentado adjuntar en las últimas semanas: entre las más de un centenar de enmiendas incluidas, figuraban cuestiones como el gravamen extraordinario a la banca, a las energéticas o a las socimis, entre otras. Buena parte, sin embargo, han caído ante la imposibilidad de alcanzar mayorías estables; y marcadas por agrios reproches entre bloques y de todos hacia el Consejo de Ministros.
La jornada, que ha comenzado a las cinco de la tarde y no se ha dado por clausurada hasta cerca de la una de la madrugada, ha dejado sonoras derrotas en el marcador de Sánchez -acusado, además, de «secuestrar» a los diputados tras un receso para negociar que ha durado más de cuatro horas-. La más llamativa ha sido la caída del impuesto a la banca, pactado previamente con el Partido Nacionalista Vasco, pero que se ha saldado con un empate en la comisión y se ha decidido por mayoría ponderada, fórmula por la cual el bloque favorable no ostentaba la mayoría. También han caído figuras polémicas durante las últimas semanas, como el cambio en la fiscalidad de las socimis, a quienes se retiraba la tributación del 1% en concepto de sociedades, y que ya había provocado amenazas por parte de grandes firmas, como es el caso de Colonial; o la equiparación fiscal del diésel a la gasolina, que el sector petrolero había criticado por sus efectos perniciosos sobre el biodiésel.
Así, una vez votadas todas las enmiendas, el gobierno español se ha visto ante la imposibilidad de sacar adelante el dictamen principal, que hacía efectiva la transposición del impuesto del 15% a las multinacionales obligada por la Unión Europea. Cabe recordar que esta tenía como fecha límite para entrar en vigor el pasado 31 de diciembre, y que Bruselas ya llevó a España ante el TJUE por la demora a principios del pasado mes de octubre. Sin ella, tambaleaba incluso una entrega de fondos europeos de unos 11.000 millones de euros. Pasada la medianoche, Esquerra Republicana de Catalunya, EH Bildu y el BNG anunciaron un acuerdo para mantener, vía decreto ley, el impuesto a las energéticas; y para llevar el impuesto a la banca fuera del dictamen al pleno del Congreso de los Diputados del próximo jueves, acercando los números para que el dictamen original, así como las enmiendas -la mayoría secundarias- aprobadas, pudieran sobrevivir a la accidentada comisión. Finalmente, el ejecutivo ha conseguido aprobar el paquete con los votos de los socios de la coalición, PSOE y Sumar, y el PNV, Junts, Bildu, ERC y el BNG. Es decir, el conjunto de la mayoría de investidura sin los diputados de Podemos, que no están representados directamente en la comisión de Hacienda -el portavoz del grupo mixto es el gallego Néstor Rego-.

Resolviendo la contradicción
El acuerdo con las izquierdas soberanistas levantaba dudas en el hemiciclo por su aparente incongruencia con los términos negociados las semanas anteriores con Junts per Catalunya. Moncloa había acordado con la formación del presidente en el exilio Carles Puigdemont dejar caer el gravamen energético por los efectos perniciosos que las grandes petroleras alertaban sobre las inversiones en descarbonización -especialmente Repsol, que amenazaba con frenar en seco proyectos en el complejo petroquímico de Tarragona y Bilbao-. Aun así, los miembros de Junts han aportado sus votos para que el dictamen pase a la última fase parlamentaria. El ministerio de Hacienda, posteriormente, ha aclarado una adaptación que hace encajar ambas promesas: según el departamento dirigido por María Jesús Montero, la tasa prorrogada no se aplicaría sobre «las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversiones para la descarbonización», sin dar más detalles sobre la arquitectura fiscal de la norma. También han entrado en el paquete los jeltzale, ante la inclusión en el acuerdo con ERC, BNG y Bildu de un compromiso de concertar el impuesto a la banca con las haciendas navarra y vasca, tal como reclamaba el PNV.
Fraude petrolero y cigarrillos electrónicos
Entre las medidas que Moncloa sí ha logrado añadir al dictamen con el impuesto complementario sobre las multinacionales destaca la reforma del IVA petrolero, una demanda histórica del empresariado para poner fin a un fraude que, según el presidente de Nieves Energia Lluís Nieves, superaba el 20% de la facturación total del sector. En adelante, explican fuentes sectoriales, los operadores que quieran extraer producto para venderlo deberán abonar el 110% del impuesto sobre el valor añadido por adelantado, o bien asegurar el mismo importe mediante un aval bancario. También ha sobrevivido al trámite el nuevo impuesto al líquido de los cigarrillos electrónicos, la rebaja del impuesto de sociedades a las pequeñas empresas o un aumento de un punto del gravamen del ahorro de las rentas superiores a los 300.000 euros. Así, la tasa sobre los locales aumenta a un 15%, mientras que la aplicable a los ciudadanos con residencia habitual en el extranjero escala hasta el 30%.