Lo gobierno español se añade a la tendencia de las principales entidades privadas y bancos centrales y recorta las previsiones de crecimiento del PIB para el 2024. Según el ejecutivo en funciones, la economía española se expandirá un 2% el próximo ejercicio, cuatro décimas menos del que el Consejo de Ministros de Pedro Sánchez esperaba hasta ahora. En cambio, las expectativas de expansión económica para el 2023 mejoran en tres décimas respecto de las estimaciones sobre las cuales se elaboraron los presupuestos generales del Estado, hasta el 2,4% –un golpe más, en el mismo sentido que las predicciones de los principales bancos del planeta–.
La aceleración económica de este año se mantiene todo y la compleja coyuntura monetaria que sufre la Unión Europea. De hecho, en un informe de cumplimiento de las normas económicas comunitarias, Moncloa ha alertado Bruselas que la expansión del PIB del Estado lamenta una «ralentización» durante el tercer trimestre del curso como respuesta a la contracción que acompaña las subidas de tipos de interés. El encarecimiento del crédito afecta el consumo interior, pero también las exportaciones, uno de los grandes motores de la recuperación catalana después de la pandemia: la carencia de liquidez frena las compras internacionales y golpea las empresas que vienen al exterior.

De este modo, el 2024 el consumo interno volverá a ser el principal actor de la expansión económica, en cuanto que la demanda exterior caería todavía con más intensidad en uno en torno a tipos sostenidamente altos. Moncloa garantiza este buen comportamiento de los compradores internos por el «dinamismo del mercado laboral y la solvencia financiera de los hogares»; así como el «cumplimiento» del plan presupuestario remitido en la Unión Europea.
Caída de la deuda
Según el proyecto presupuestario facilitado por el ejecutivo en Bruselas, el Estado recortaría el 2024 su déficit hasta el 3%, logrando los límites de sostenibilidad financiera establecidos por la Unión. También se espera una caída de la ratio de deuda sobre PIB, que ya este año se recortaría hasta el 108,1%. El recorte de la deuda del sector público es acompañada también por la reducción del pasivo del sector privado –empresas y consumidores–, que se encuentra, según el gobierno español, «en mínimos del 2002».