Las patronales catalanas llevarán la Oferta Pública de Adquisición (OPA) hostil del BBVA al Banco de Sabadell a la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC). La última en dar el paso ha sido Foment del Treball. La asociación que preside Josep Sánchez Llibre ha decidido trasladar su «preocupación» por la OPA al organismo regulador, justo ahora que se ha activado la segunda fase de la OPA, que permite a los interesados presentar alegaciones. En este caso, Foment sostiene que la operación tendría un eventual cambio en el mapa bancario para las pymes y su acceso al crédito.
La decisión de Foment complementa los últimos pasos de la Asociación de Accionistas Minoritarios del Banco Sabadell o Pimec, que también han anunciado que se personarán ante la CNMC. La patronal de las pequeñas y medianas empresas tomó la decisión el martes por la noche, alegando, en su caso, que la OPA podría alterar significativamente la competencia y tener repercusiones directas sobre las condiciones de financiación para las empresas, especialmente las pymes. Según sus cálculos, si el operativo del BBVA sigue adelante, la disponibilidad de crédito podría reducirse un 8%, lo que podría notarse en un descenso de 54.000 millones de euros en préstamos.

Competencia inicia la segunda fase de análisis
La misma CNMC ha reconocido la «complejidad» de la operación, que podría provocar «afectaciones sobre el mercado» financiero del Estado. La apertura de la fase 2 del estudio de Competencia, que podría haber cerrado el análisis en una primera instancia, es una mala noticia para el BBVA, según los expertos consultados por Món Economia la semana pasada. Es más, los analistas remarcan que el aplazamiento de la OPA deja en evidencia que la operación es bastante diferente a la fusión de Caixabank y Bankia en 2021, y pone en duda la rentabilidad de la operación.

Desde un primer momento, el empresariado y los sindicatos catalanes se han mostrado favorables a mantener la marca Banco de Sabadell. Los primeros recuerdan que el banco catalán apuesta por financiar empresas pequeñas y medianas. Y los sindicatos insisten en remarcar que toda concentración bancaria conlleva un riesgo de despidos, que algunas fuentes sitúan en 4.000 trabajadores, en el caso que estamos hablando.