Las previsiones de la economía alemana ya se ajustan a la nueva realidad comercial de la UE. Después de que Ursula von der Leyen entregara al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, un pacto que parte de la Unión ya ha tildado de «humillación», las últimas estimaciones del FMI revelan que la gran ganadora del proceso -a costa del resto del continente- es la industria centroeuropea. Especialmente, el sector del automóvil, que estará entre los únicos para los cuales el pacto del golf reducirá las tasas a las exportaciones que los compradores norteamericanos sufrían hasta ahora. Según el organismo que dirige Kristalina Georgieva, Alemania registra el cambio más significativo de previsión de todas las economías avanzadas: si el pasado mes de abril se esperaba un estancamiento general, el 2025 dejará un crecimiento leve, del 0,1%, que acelerará hasta el 0,9% en 2026. Gracias a la bajada de los impuestos internacionales, pues, la federación abandona una tendencia de dos años consecutivos con contracciones de su economía, y evita escalar la recesión que los lastra desde la salida de la pandemia.
La tendencia, cabe decir, es generalizada; si bien pocas economías como la alemana necesitaban un cambio de rumbo como este. En el Estado español, el FMI mantiene el crecimiento para el 2025 en el 2,5%, en línea con el consenso general; y eleva el del 2026 hasta el 1,8%, ligeramente por encima de lo que reveló el BBVA; pero inferior a lo previsto por la Cámara de Comercio de Barcelona o el Banco Sabadell, entre otros. Los 27 quedarán todavía lejos de la acelerada española, pero también registran una revisión al alza, de dos décimas este año, hasta el 1%; aunque se mantendría en el 1,2% el próximo curso. Por encima de las previsiones se encuentra también Irlanda, que apunta a un crecimiento «fuerte», suficiente para ser el motor del conjunto del continente.

Leve optimismo en EE.UU.
Según el Fondo Monetario, el retroceso de Trump también ayudará a su economía local. Respecto de las estimaciones de abril, las lecturas norteamericanas apuntan a un crecimiento del 1,5% este año y del 1,6% en doce meses, en ambos casos una décima por encima de los anteriores cálculos. Además de unos aranceles menos agresivos, el FMI celebra también la mejora de las condiciones de financiamiento vía bajada de tipos de interés, especialmente en la UE; y la bajada del precio del dólar, que permite un mejor acceso de las divisas más fuertes -como el euro o la libra- a los mercados internacionales. Con todo, el PIB global crecería en 2025 un 3% y en 2026 un 3,1%, mejoras de dos y una décima en comparación con el estudio de abril, respectivamente.