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La guerra comercial de Trump hiere a los principales exportadores catalanes

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ya se esperaba problemático, desde que en su campaña electoral ya hacía promesas en materia económica que alertaban a todos los mercados. Ahora, solo seis meses después de que volvió a entrar en el Despacho Oval, el panorama financiero estadounidense es muy diferente de aquel que dejó la anterior administración. Entre los recortes de Elon Musk en su corto periodo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), la guerra que Trump mantiene con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, por la rebaja del tipo de interés que no llega, la pérdida de valor del dólar estadounidense desde que el republicano llegó al poder, además del revuelo que están viendo las criptomonedas, y por último, los aranceles para el conjunto del comercio exterior con los cuales ha querido marcar un perfil mucho más proteccionista que en su anterior mandato. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya lamentó que “el mundo de antes del 2 de abril no existe”, cuando aseguraba que el pacto de unos aranceles del 15% para la Unión Europea era “el mejor acuerdo que se podía conseguir”, confirmando que el tablero de juego de las exportaciones mundiales ha comenzado a cambiar este 2025. Todos estos movimientos llegan a las empresas catalanas deteniendo un momento de crecimiento de las exportaciones y del comercio exterior, con un peso especialmente relevante en Estados Unidos como primer país fuera de Europa donde se exportan productos catalanes. Durante estos meses, 3.160 empresas catalanas exportadoras han sufrido las idas y venidas de Trump con sus políticas arancelarias, afectando así a 4.350 millones de euros en exportaciones.

En los últimos años, Cataluña se ha especializado en producción y exportación en sectores y productos concretos, que ahora tambalean al ver más impedimentos en las puertas de entrada a Estados Unidos. Más concretamente, los sectores que más venden a EE.UU. y ahora se ven más afectados son el sector químico, farmacéutico, el de la maquinaria, el de la alimentación y el de la metalurgia. Preparándose para lo que podría suceder a partir del mes de abril, cuando el mismo Trump llamó el “Día de la Liberación”, el comercio exterior hizo una escalada en transacciones, acumulando el máximo de bienes posible antes de que estos tuvieran un gravamen.

En esta línea, las exportaciones catalanas crecieron un 3,3% interanual en el primer trimestre de este año, pero a partir del mes de abril el conjunto de las exportaciones catalanas al mundo cayó un 4,6% y un 3,4% en mayo. Más concretamente, las exportaciones de productos catalanes que llegaron a Estados Unidos crecieron un 11,2% en el primer trimestre debido a esta anticipación, mientras que en abril cayeron un 11,5% y un 3,3% en mayo, ya bajo unos gravámenes del 10% temporales a la espera de si se mantenían los del 20% anunciados al inicio de la guerra comercial o si finalmente se llegaba a un acuerdo con la UE. Esta incertidumbre ha acompañado a las empresas exportadoras durante el segundo trimestre del 2025, que han visto reacciones muy diferentes ante la imprevisibilidad que supone siempre Donald Trump.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en un acto / Casa Blanca

Los sectores clave de las exportaciones catalanas

El sector de la alimentación es una de las excepciones en lo que llevamos de año, ya que vio un incremento del 3,2% en el conjunto de las exportaciones en el mes de abril. Productos como la carne catalana que llega a Estados Unidos, uno de los más demandados en el país norteamericano, experimentó un pequeño decrecimiento en abril, cuando se exportaron bienes por valor de 3,78 millones de euros, pero en mayo rápidamente vieron un repunte hasta los 6,16 millones, según datos del Idescat. Una situación similar se encontró con el vino catalán, que experimentó una recuperación de ventas en mayo. Los compradores estadounidenses se anticiparon a los gravámenes, adquiriendo vinos por valor de 7,19 millones de euros. Una cifra que cayó hasta los 3,76 millones durante abril, pero rápidamente se recuperó en mayo, cuando las exportaciones de vinos y espumosos catalanes a Estados Unidos incrementaron hasta los 7,24 millones de euros otra vez.

Otros sectores, como los de la maquinaria y el de la automoción, han visto un comportamiento diferente en cuanto a las relaciones con EE.UU. Productos como automóviles y tractores experimentaron una caída a partir de abril, pasando de exportar por valor de 18,71 millones de euros en marzo a caer hasta los 10,99 millones en abril. Esta cifra se mantuvo similar en mayo, con exportaciones por valor de 12,58 millones.

En estos productos también se observó un fenómeno interesante, en el que las exportaciones al conjunto de Europa también disminuyeron en abril. Esto se debe a las numerosas empresas catalanas que tienen relaciones con otras compañías europeas que acaban vendiendo su producto a compradores estadounidenses. Aunque aún no se ha cuantificado cuál es la afectación a los bienes catalanes en esta cadena de producción, los datos muestran una inevitable reducción de las exportaciones. Una situación similar se encuentra con la maquinaria catalana exportada al otro lado del Atlántico, un sector que exportaba por un valor de 495 millones desde Cataluña, y que han sufrido unos meses de incertidumbre que los dejaba “al límite”.

En cuanto a los medicamentos catalanes, estos han experimentado un mes de abril donde las afectaciones de los aranceles no han sido visibles. Según los datos del Idescat para estos productos, estas exportaciones pasaron de tener un valor de 35,5 millones en marzo a casi duplicarse hasta los 63,99 millones de euros en abril. Dentro del sector químico, los productos farmacéuticos han captado la especial atención de Trump, que cuentan con la amenaza de recibir unos aranceles adicionales de hasta el 200%. En este caso también habría compañías afectadas indirectamente, ya que las industriales químicas catalanas, especialmente las pequeñas y medianas, forman parte de cadenas de valor más largas que culminan en multinacionales europeas, como Sanofi o Novartis, que elaboran productos finales que se venden en EE.UU.

Ursula von der Leyen y Donald Trump, en Escocia / REMESA / HANDOUT para la Comisión Europea

El posicionamiento de Europa en el comercio mundial

La duda y la inseguridad terminaron el pasado domingo, cuando Von der Leyen y Trump cerraron un acuerdo del 15% de aranceles, poniendo fin así a la guerra comercial que había comenzado el republicano. El pacto muestra las debilidades de Europa, que finalmente no aplicará contramedidas de represalia a los aranceles estadounidenses al menos durante seis meses si se sigue cumpliendo el acuerdo cerrado en Escocia.

Con este pacto, las empresas catalanas pueden ver con más certeza cómo terminará el año y qué ventas pueden esperar en los próximos meses. Desde Acció se considera que estos gravámenes dejan a la Unión Europea «con posibilidades de competir», sobre todo teniendo en cuenta que los aranceles impuestos a otros países asiáticos, como Vietnam, Filipinas e Indonesia, son superiores. Aun así, Cataluña se encuentra en desventaja con el Reino Unido, que cerró un pacto de aranceles del 10%; pero en situación de empate con Japón que también tiene unos gravámenes del 15%.

En este sentido, desde la agencia catalana consideran que es necesario estudiar cómo mejorar el posicionamiento de los productos catalanes tanto en EE.UU. como en todo el mundo, trabajando así en el crecimiento estratégico y la especialización para convertirse en productores clave, difícilmente sustituibles allí donde exporten.

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