El Gobierno finalmente ha decidido mover ficha y volverá a realizar las gestiones pertinentes para que el Institut Català de Finances (ICF) se convierta en un banco público. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, se ha comprometido con ERC a solicitar la ficha bancaria para el ICF en las “próximas semanas”. En una intervención durante la sesión de control al Parlamento, Illa ha intentado desviar la presión de los republicanos hacia Madrid y Bruselas, ya que, aunque la decisión final es del Banco Central Europeo (BCE), para que el expediente se pueda tratar en Europa primero se necesita un informe favorable del Banco de España. En 2022, con Pere Aragonès como presidente, el supervisor español rechazó los planes de la Generalitat, que se remontan a la presidencia de Artur Mas.
En un principio, el Gobierno de Illa pretendía impulsar el papel del ICF, pero manteniendo su estructura actual, pero las presiones de ERC tanto en el Parlamento como en el Congreso han obligado al ejecutivo a cambiar de planes y buscar un planteamiento más ambicioso. El presidente del grupo de ERC en el Parlamento, Josep Maria Jové, ha reclamado a Illa que utilice toda la fuerza de la Generalitat para torpedear la OPA del BBVA al Banco Sabadell y que intensifique los contactos para convertir el ICF en un banco público. “Cataluña necesita un sector financiero plural, sí, pero sobre todo una banca pública y soberanía bancaria”, ha dicho. Los republicanos quieren que el ICF pueda “financiar proyectos estratégicos” y tenga “un enfoque social por encima de los beneficios empresariales” gracias a su conocimiento del tejido productivo y la sociedad catalana.

El Banco de España, el primer escollo
La consejera de Economía y Finanzas, Alícia Romero, ya adelantó este martes en el Parlamento que tiene previsto reunirse la próxima semana con responsables del Banco de España para avanzar en los trámites necesarios para obtener la licencia bancaria para el ICF. Los movimientos se producen después de que ERC haya pactado la medida con el PSOE, que se ha comprometido a apoyar las “gestiones necesarias” ante la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE). Pero antes hay que superar el escollo del Banco de España, con quien Romero debe tratar los “pequeños obstáculos” burocráticos que quedan pendientes de resolver antes de ir a Bruselas.
Romero también explicó que se han realizado algunos “trámites” con el BCE, que ha dado un retorno de las gestiones con algunas “indicaciones” sobre los pasos a seguir para conseguir la ficha bancaria. “La posibilidad de avanzar hacia esta ficha bancaria nos debe permitir tener muchas más oportunidades y posibilidades de ayudar a nuestro tejido económico, fortalecerlo y hacerlo más competitivo”, afirmó. La consejera de Economía espera que el trámite se pueda concretar en los próximos “meses”, aunque desde el Gobierno prefieren no hablar de plazos. En la reunión de la próxima semana con el Banco de España, Romero espera trabajar de manera “más concreta” los próximos movimientos y confía en que la licencia bancaria será un paso adelante para el ICF, ya que “facilitaría la financiación de las pymes para que se transformen, inviertan, innoven y sean mucho más competitivas”.