La Cámara de Comercio de Barcelona pide «más concreción» al nuevo plan económico que ha presentado el Gobierno de Salvador Illa. Los socialistas proyectan una inversión de 18.500 millones de euros en cinco aspectos que se consideran clave: infraestructuras, política industrial, sistema de conocimiento, igualdad de oportunidades y reforma de la administración. En un comunicado, la cámara valora «muy positivamente» la lluvia de millones anunciada por el presidente, pero pide proyectos concretos y un «compromiso» firme para ejecutarlo. Illa ha presentado el plan sin detallar la letra pequeña y con la voluntad de que Cataluña «lidere la economía española» en cinco o diez años.
La Cámara celebra que el Gobierno se fije «en la transformación del modelo productivo, estimulando la inversión en tecnología e innovación» y pide que el plan se ejecute en colaboración con los agentes sociales y económicos para abordar iniciativas «altamente reivindicadas». El organismo exige una reducción de la burocracia, la modernización de «infraestructuras clave» para el país, como Rodalies o el Aeropuerto del Prat, y afrontar la reforma de la financiación catalana. Un aspecto, este último, que Illa no ha terminado de mencionar en la presentación y que también ha sido criticado por ERC, con quien el PSC pactó su reforma.

El mundo empresarial celebra el plan
Illa quería entusiasmar a los agentes económicos y en la platea había directivos relevantes, como el presidente del Banc Sabadell, Josep Oliu, el consejero delegado de CriteriaCaixa, Ángel Simón. Ambos han calificado el plan de «ilusionante» y el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, ha celebrado que la apuesta sea plantarle cara a Madrid, tal como ha insinuado Illa. De hecho, el presidente ha acusado a Isabel Díaz Ayuso –sin mencionarla directamente– de jugar con «trampas». «Creo que es un error grave y una tentación peligrosa y tramposa tomar lo que nos conviene de cada modelo: la fiscalidad baja de aquí, y los buenos servicios públicos de allí», ha afirmado.
La propuesta ha convencido al mundo empresarial pero no tanto a los grupos de la oposición. Más allá de la crítica al poco caso que se le ha hecho a la financiación singular, ERC también ha acusado a Illa de «poca ambición de país». En una línea muy similar, Junts ha criticado que Illa haya «ignorado el déficit fiscal» y se ha preguntado «cómo lo hará» para sacarlo adelante «sin presupuestos, sin captación de inversiones y sin tener acuerdos posibles para llevarlo adelante». «El presidente Illa, que se comprometió a aprobar presupuestos en el Parlamento el 1 de enero, ha tirado la toalla», ha remarcado la portavoz Mònica Sales.