El representante italiano al consejo ejecutivo del Banco Central Europeo Fabio Panetta acerca el fin del ciclo de subidas de tipos de interés. Si bien el banquero central reconoce que «todavía no hemos llegado al final» del camino iniciado el pasado mas de julio, reconoce que «no estamos lejos». Panetta se expresa, así, en la línea que establecieron la presidenta Christine Lagarde y el vicepresidente Luís de Guindos el pasado jueves, que van alejar las exigencias de los halcones con los 25 puntos básicos a la próxima reunión.
En una entrevista con el diario francés Le Monde, Panetta ha reconocido que la tasa de inflación europea –todavía al 6,1%, a diferencia de la catalana, que podría incluso romper el umbral de los tres puntos en mayo– es demasiado elevada, e insta el BCE a hacer el trabajo necesario para «volverla al 2%». La «principal amenaza» por la estabilidad de precios que busca Frankfurt, apunta, se encuentra en el mercado laboral y la estabilización empresarial –es decir, en los posibles efectos de segunda oleada provocados por subidas demasiadas osadas de márgenes empresariales y salarios–. En este contexto de inflación principalmente interna, el BCE se tiene que preguntar cuándo frenar las subidas, y no donde se sitúa el punto de equilibrio, razona.

Supervivencia europea
Panetta, además, alerta que un impulso demasiado intenso de los tipos de interés puede empeorar una situación económica comunitaria que, con la excepción de Alemania, continúa sólida. Los efectos del endurecimiento monetario, apunta el banquero, «se harán sentir a Europa durante los próximos meses». Un encarecimiento rápido del crédito y del dinero puede enfriar demasiado el consumo, el principal motor de la recuperación posterior a la pandemia, y acabar de hundir unos ya malogrados grandes mercados. «No podemos descartar la posibilidad que la demanda interna continúe débil y que esto se traduzca en una debilidad larga de la actividad económica, o incluso en una recesión técnica», avisa.
Nuevo modelo de crecimiento
Más allá de la urgencia de la política monetaria, Panetta ha reclamado a las instituciones europeas una «revisión del modelo de crecimiento» de la Unión. Según el banquero, la estrategia de desarrollo «basada en energía barata y deslocalización» –para la que es imprescindible una relación comercial fluida con actores internacionales volátiles– ya no existe. Por lo tanto, la economía europea se tiene que adaptar «al nuevo paradigma geopolítico» y apostar por el autonomía estratégica como horizonte a medio plazo.