Negociaciones duras y complicadas en la Unión Europea para acordar una prórroga de las exenciones arancelarias, contingentes y otras barreras comerciales a las importaciones procedentes de Ucrania, que finalmente se han ampliado hasta el mes de junio de 2025. Con todo, Bruselas ha sudado para conseguir un acuerdo entre los 27, puesto que países como Francia eran muy reticentes y se han tenido que hacer varias concesiones para proteger el mercado comunitario de posibles disrupciones. Países como Polonia o Rumanía también han protestado por las ventajas que tienen productos ucranianos como el maíz.
Los estados miembro han llegado a una solución de compromiso que consiste en ampliar las exenciones arancelarias de manera general, pero con la creación de un “freno de emergencia” para productos “sensibles” como la carne de aves de corral, los huevos, el azúcar, la avena, la sémola o la miel, según el acuerdo al que llegaron el Consejo y el Parlamento Europeo la semana pasada. El mecanismo permite aprobar medidas correctoras de manera ágil y eficaz si la entrada de productos ucranianos provoca perturbaciones significativas en el mercado comunitario o en los mercados de algunos estados miembros.

Cambios en el periodo de referencia para calmar a Francia
El objetivo es estabilizar las importaciones en el volumen mediano de importación de los últimos tres años, de forma que si el flujo de productos ucranianos supera el umbral marcado, automáticamente se activarán los aranceles para garantizar que el volumen de importaciones no sobrepasa “significativamente” el marcado. Según el acuerdo inicial, se mantienen las exenciones a cambio de ampliar el periodo de cálculo del umbral, que hasta ahora se limitaba en los años 2022 y 2023 —marcados por la guerra en Ucrania— y se ampliará en el segundo semestre del 2021, tal como reclamaba Francia, para ofrecer un retrato más fiel.
Fuentes diplomáticas francesas han celebrado el acuerdo y aseguran que su propuesta de ampliar el periodo de referencia ha tenido un “gran apoyo”. Con todo, desde París insisten que la lista de productos sensibles tendría que incluir el trigo y la cebada. El acuerdo, que se ha trabajado entre los embajadores de los estados miembro en la UE, tendrá que ser ratificado tanto por los gobiernos como por el Parlamento Europeo, puesto que se han introducido cambios significativos respecto al pactado en el Eurocámara. Las negociaciones tendrán que ser “rápidas” porque la prórroga se tiene que poder activar antes del 6 de junio, fecha tope del acuerdo actual.