El banco suizo UBS culmina tres meses después la compra de Credit Suisse, su gran rival histórico, después de la crisis bancaria de marzo. La operación, producto de la quiebra de la segunda entidad helvética después de años de polémicas y malas inversiones y del frenazo de la inversión del nuevo capital saudí, acaba con 167 años de historia de Credit Suisse. El mercado financiero suizo cuenta ahora con un nuevo gigante bancario, después de la fusión de dos de sus principales activos.
Según el consejero delegado de UBS Sergio Ermotti y el presidente del banco Colm Kelleher, la compra comienza «un nuevo capítulo a la industria financiera mundial». En una carta abierta a todos los inversores y clientes que los directivos han firmado con motivo del cierre de la adquisición, aseguran que la ensambladura de las estructuras de su banco con las de Credit Suisse «crea una institución financiera integrada más fuerte, que presentará grandes oportunidades».
Todo y las grandes rendijas al balance de Credit Suisse, desde las gigantescas pérdidas operativas anunciadas durante todo el 2022 hasta los costes de la reestructuración, desde UBS esperan que la reducción de los activos ponderados por riesgo compensen los agujeros que pueda generar la adquisición a sus resultados. De hecho, la entidad espera sostener un índice de capital básico del 14% durante todo el curso. «Ahora somos una empresa global suiza, y somos más fuertes», asegura el presidente, que espera fortalecer la actividad comercial de la entidad sin la competencia de su principal rival.

Contribuciones del estado
El acuerdo se ha acabado de cerrar después de la garantía firmada con el gobierno suizo para cubrir con dinero público más de 9.000 millones de euros en posibles pérdidas generadas por la cartera de activos de Credit Suisse. La cobertura estatal se aplicará siempre que el peso de la fusión sobre las cuentas de la entidad supere los 5.000 millones de francos, dedicados a tapar los agujeros generados por préstamos, derivados y otras propiedades de baja calidad de Credit Suisse.
Freno a la actividad de riesgo
Dentro del acuerdo de adquisición, UBS ha delimitado la actividad de los banqueros que incorpora de Credit Suisse. Después de años de inversiones dudosas que acabaron en grandes escándalos financieros, la nueva entidad contará con prohibiciones de atracción de nuevos clientes procedentes de países de alto riesgo en operaciones con activos complejas, según ha avanzado el Financial Times. Así, el personal de Credit Suisse tendrá prohibido operar con contactos a Libia, Rusia, Sudán y Venezuela. Además de esta, el acuerdo contempla más de unas veinte restricciones, entre financieras y no financieras, que evitan que los activos de Credit Suisse lleguen de nuevo a extremos de riesgo problemáticos. «Nunca comprometeremos la cultura, el enfoque de riesgo conservador o el servicio de calidad de UBS», concluyen los directivos.