El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, continúa su guerra particular contra la Reserva Federal. El mandatario ha tardado menos de un mes en retomar las batallas con el presidente del regulador monetario estadounidense, Jerome Powell, con quien ya mantuvo una relación muy tensa en su primera estancia en la Casa Blanca. En una publicación en su red social, Truth Social, Trump ha exigido a Powell que baje los tipos de interés en línea con la entrada en vigor de los aranceles a países rivales y productos estratégicos, como el hierro o el acero. «Los tipos de interés deberían ser rebajados, algo que iría de la mano con los nuevos aranceles», ha exclamado. Con su habitual tono histriónico, ha puntuado la publicación con un Let’s rock and roll, America.
Entre 2016 y 2020, en su primer mandato como presidente de los EE.UU., Trump ya sostuvo un duelo con Powell, a pesar de que este accedió al cargo por propuesta de su administración. Las primeras fronteras económicas que impuso entonces la Casa Blanca, entre otras tensiones de precios, provocaron un sostenido aumento de la inflación que llevó a endurecimientos de las condiciones de préstamo por parte de la Fed. Ya entonces, el líder republicano coqueteó con la idea de destituir al presidente de la Reserva, si bien finalmente acabó manteniéndolo en el cargo. Preguntado por la continuidad de Powell tras haber ganado las elecciones del pasado noviembre, el entonces presidente electo dejó entrever la animosidad que mantiene hacia el economista. «Lo mantendré en el cargo si hace bien su trabajo», declaró Trump en una comparecencia de prensa.
Dudas monetarias
Por ahora, cabe decir, la Reserva Federal no está recorriendo el camino regulador que preferiría Donald Trump. En sus últimas reuniones, los gobernadores monetarios estadounidenses han decidido congelar los tipos de interés, a la espera de posibles repuntes de la inflación provocados, en su mayoría, por las políticas comerciales proteccionistas de la administración entrante. Después de tres rebajas consecutivas durante la segunda mitad de 2024, la tasa de préstamos en dólares se mantiene en el 4,25% desde principios del mes de diciembre.

Las fluctuaciones de la cesta de la compra, cabe decir, les han dado la razón: según los últimos datos de la agencia estadística del gobierno estadounidense, la inflación habría repuntado a finales de enero en cinco décimas, hasta el 3%; mientras que la subyacente -aquella que excluye los elementos más volátiles de la ecuación, los alimentos frescos y la energía- se ha elevado hasta el 3,3%, cuatro décimas más que a finales de año. Tanto la luz como la comida protagonizaron subidas de variada intensidad en los últimos 30 días, con un 1% y un 2,5% de subida respectivamente. Con este panorama inflacionista, todo apunta a que los banqueros centrales de los 50 estados, bajo el paraguas de Powell, sostendrán su postura actual y se mantendrán a la espera un mes más antes de adentrarse en nuevas bajadas de tipos. Con esto, el presidente de la Reserva continúa su enfrentamiento con la Casa Blanca. Aun así, el instituto emisor razona que los riesgos económicos están «equilibrados», atendiendo a que, a diferencia del BCE, los estadounidenses funcionan bajo el mandato dual de mantener la inflación en el objetivo del 2% y cuidar de la salud del mercado laboral.