El presidente estadounidense, Donald Trump, continúa distribuyendo aranceles sin distinción y anuncia la imposición de un impuesto del 25% para «todos los coches» que no hayan sido «fabricados en Estados Unidos». Así lo ha hecho saber el inquilino de la Casa Blanca este miércoles, quien, desde que ha vuelto a liderar el país, no ha dejado de poner nuevas trabas a la exportación de productos al mercado estadounidense con el argumento de fortalecer la industria propia. De hecho, el mandatario republicano ha insistido en que la imposición de estos aranceles solo afectará a los vehículos que se hayan fabricado fuera de las fronteras estadounidenses, motivo por el cual insta a todas las empresas del mundo a trasladarse a Estados Unidos para evitar los efectos del impuesto.
Horas antes de comparecer para anunciar la imposición de estos nuevos aranceles, sin embargo, Trump ya había insinuado sus intenciones sobre la política automovilística, ya que difundió un mensaje en su red social, Truth Social, un mensaje en el que anunciaba inversiones en EE.UU. de fabricantes de coches como el coreano Hyundai, los europeos Stellantis, Rolls-Royce y Volkswagen o los japoneses Honda y Nissan. El anuncio de estas nuevas tasas sobre los automóviles se suma a la oleada arancelaria de Trump, quien desde que ha regresado a la Casa Blanca ya ha aplicado aranceles en otros productos como el acero y el aluminio y ha desencadenado una guerra comercial de alcance global provocada por el republicano que ha provocado caídas destacadas en las bolsas, especialmente en las de los propios Estados Unidos.

Bruselas reitera que «responderá en consecuencia»
Por su parte, la Comisión Europea (CE) lamenta el nuevo anuncio de Trump, pero deja claro que «responderá en consecuencia». En una atención a los medios previa al Consejo de Medio Ambiente que se celebra este jueves en Bruselas, la vicepresidenta ejecutiva de la comisión, Teresa Ribera, ha dicho que la medida es «una mala noticia» y ha lamentado que la administración estadounidense esté «poniendo en peligro el buen funcionamiento del mercado global». En este sentido, Ribera también ha querido dejar claro que desde el ejecutivo comunitario trabajará con el sector del automóvil europeo para que la situación para las empresas sea «asumible». Las palabras de la vicepresidenta ejecutiva de la CE van en la misma línea que las de la presidenta de la organización, Ursula von der Leyen, la cual este mismo jueves por la mañana ha reivindicado la industria del automóvil como un motor «de innovación, competitividad y empleos de calidad»: «Los aranceles son impuestos, perjudiciales para los negocios y peores para los consumidores, tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea», ha rematado la presidenta de la Comisión Europea.
En respuesta a los nuevos aranceles de Trump, el grupo Volkswagen asegura que están “preparados” para trabajar con los responsables políticos para encontrar “soluciones que apoyen a la industria” de Estados Unidos y al mismo tiempo preserven las oportunidades económicas para «trabajadores, empresas y consumidores»: “Contamos con conversaciones constructivas entre los socios comerciales para garantizar la seguridad de la planificación y la estabilidad económica y evitar un conflicto comercial”, señalan fuentes de la automotriz alemana, que aseguran que la compañía está “monitoreando muy de cerca” los efectos que pueden tener las nuevas tasas anunciadas por el magnate estadounidense.

Musk, otro de los afectados por los nuevos aranceles
Uno de los afectados por la política arancelaria automovilística de Trump es su estrecho colaborador Elon Musk: «Para que quede claro, esto afectará el precio de las piezas de los coches Tesla que provengan de otros países. El impacto en el costo no es trivial», ha manifestado el multimillonario a través de su perfil en la red social X, que también es de su propiedad. Por otro lado, el sindicato United Auto Workers (UAW), que representa a los trabajadores de los tres grandes fabricantes de automóviles de Detroit, ha elogiado la acción de Trump: «Con estos aranceles, miles de empleos bien remunerados podrían regresar a las comunidades obreras de todo Estados Unidos en cuestión de meses, simplemente añadiendo turnos o líneas adicionales en una serie de plantas automovilísticas infrautilizadas», concluyen a través de un comunicado.



