El presidente de los Estados Unidos Donald Trump logra sus primeros objetivos políticos gracias a la amenaza de los aranceles. Según ha anunciado en un mensaje en su red social, Truth Social, la Casa Blanca congela durante un mes la imposición de barreras comerciales con México después de haber obtenido el compromiso de la presidenta del país, Claudia Sheinbaum, de enviar 10.000 soldados a la frontera para evitar «la entrada de fentanilo y migrantes ilegales» a EE.UU. Los dos gobiernos evitan por poco, con esta moratoria, la primera batalla de la guerra comercial, ya que las tarifas habrían entrado en vigor el próximo martes. Con la decisión de Trump, Washington y Ciudad de México se dan 30 días para cerrar un acuerdo que elimine de forma definitiva la amenaza arancelaria del caudillo republicano.
La conversación entre ambos mandatarios, según ha declarado Sheinbaum, ha revelado un «respeto hacia la nación y la soberanía» mexicana por parte de Trump; quien se ha mostrado «preocupado» con el déficit comercial que mantienen ambos mercados, muy favorable a los mexicanos. En este sentido, el Despacho Oval ha confirmado «negociaciones encabezadas por el secretario de Estado, Marco Rubio, con representantes de alto nivel» del gobierno mexicano. La oferta del presidente estadounidense reconoce algunas de las demandas de la mandataria mexicana. Por ejemplo, se ha comprometido a trabajar para «detener el tráfico de armas de alto poder» en la frontera, uno de los objetivos de la misma Sheinbaum.
Bienvenida a los mercados
La bolsa estadounidense abría su sesión de este lunes con fuertes caídas ante la expectativa de unos aranceles que pueden resultar especialmente costosos para la población estadounidense. Según el think tank liberal Tax Foundation, las fronteras comerciales trumpistas pueden costar a la federación el 0,4% de su producto interno bruto. Sobre esta amenaza, el índice Dow Jones perdía un 0,35%, mientras que el S&P perdía siete décimas. El Nasdaq, la lista de capitales tecnológicos, se hundía un 1% en una mala semana tras los avances chinos en soluciones de IA. Después del acuerdo entre mandatarios, sin embargo, y según ha confirmado el medio estadounidense ABC, los valores «recuperarán algunas de sus pérdidas, especialmente ante la nueva puerta abierta de Trump a negociar con sus hasta ahora socios comerciales.

Trudeau, la otra cara de la moneda
La búsqueda de una solución pactada con México contrasta con la reacción de Canadá, que ha duplicado las hostilidades poco antes de la entrada en vigor de las tarifas universales del 25% anunciadas por Trump. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha anunciado la imposición de otro impuesto del 25% para las importaciones provenientes de los Estados Unidos. El impacto de las imposiciones de Ottawa será de unos 155.000 millones de dólares, si bien el gobierno ha dejado 21 días de margen a las empresas locales para «buscar alternativas» sin el costo añadido del nuevo impuesto al comercio transfronterizo. El primer ministro ha sido especialmente crítico con la estrategia trumpista, que «pone en riesgo los empleos» de los estadounidenses. En sus declaraciones públicas, ha recordado la lista de materiales críticos que las compañías de EE.UU. provenientes de mercados extranjeros, «como el níquel, la potasa, el uranio, el acero y el aluminio».
La OPEP ignora a Trump
La Casa Blanca tampoco ha logrado imponer su agenda sobre los principales productores de petróleo internacionales. Desde la campaña electoral, Trump exige a la Organización de Países Exportadores de Petróleo que revierta su estrategia de recortes productivos para garantizar una rebaja del precio del crudo. En la última reunión del comité ministerial de seguimiento conjunto, el órgano colegiado que establece la estrategia de la OPEP, los miembros -liderados por Rusia y Arabia Saudita- han decidido mantener su hoja de ruta al menos hasta el mes de marzo. El movimiento alarga dos meses más la estrategia que comenzaron en noviembre de 2023 para mantener elevado el costo del petróleo. La decisión, aseguran, «ha asegurado la estabilidad del mercado petrolero», que amenazaba con enfriarse con el aumento de la oferta estadounidense. Para Trump, el abaratamiento del petróleo podría lograr que «la guerra entre Rusia y Ucrania terminara de inmediato»; y permitiría ejecutar una política económica -y, especialmente, monetaria- mucho más expansiva.