El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este sábado la imposición de aranceles del 30% para todos los productos de la Unión Europea, que se aplicarán a partir del 1 de agosto.
A través de una carta que el republicano ha enviado a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Washington ha informado que al inicio del mes de agosto se añadirán unos aranceles del 30% sobre productos de la UE, “independientemente de todos los aranceles sectoriales”. Tal como hizo con las otras cartas que envió a otros líderes mundiales, Trump también la ha publicado en su red social, Truth Social.
Como hizo en los casos anteriores, Trump ha anunciado que dará marcha atrás a su decisión “si la Unión Europea o sus empresas deciden fabricar productos en Estados Unidos”.
Trump defiende que los nuevos gravámenes buscan «eliminar» el déficit comercial que el presidente estadounidense dice que existe entre ambos lados del Atlántico. «Nuestra relación comercial es, desafortunadamente, lejos de ser recíproca», ha afirmado.

La respuesta de la Unión Europea
Trump ha avisado también que impondrá más gravámenes al bloque comunitario si Bruselas aumenta los aranceles contra Washington como respuesta al anuncio de este sábado.
Esta nueva imposición de aranceles del 30% es superior al 20% de gravámenes iniciales que anunció Trump para la Unión Europea en el mes de abril, en el llamado «día de la liberación». La carta de este sábado llega después de que el plazo de 90 días que dio Trump para negociar acuerdos comerciales con el resto del mundo -incluida la Unión Europea- haya vencido esta semana, el 9 de julio. Las negociaciones para cerrar un pacto que pusiera fin a la escalada arancelaria habían acelerado en los últimos días y, según defendía la Comisión Europea, el acuerdo estaba a punto de cerrarse.
Desde Bruselas se ha buscado llegar a un acuerdo para proteger la industria del conjunto de los 27, y los sectores concretos afectados como el hierro, el cobre y el acero, que cuentan con aranceles adicionales, y otros como la farmacia o la alimentación que ven amenazas de futuros gravámenes. De hecho, Trump ya amenazó con imponer un arancel del 200% al sector farmacéutico, que afectaría a una industria de 650 millones en Cataluña.