La recesión en Alemania podría alargarse durante el 2023. Las previsiones de la Instituto de Investigación Económica (Ifo), con sede en Múnich, empeoran todavía más la ya malograda economía del país. Si bien es cierto que el organismo ya preveía cerrar el curso con uno ligero decrecimiento del PIB del 0,1%, el último informe eleva las pérdidas hasta el 0,4%. El rebote de la economía alemana que se espera para el 2024, además, será también más débil del que se esperaba: el Instituto pronostica un crecimiento del 1,5% el próximo curso, dos décimas por debajo de la anterior estimación.
Como en la gran mayoría de países de la Unión, será el consumo privado el que impulse la tardía salida de la crisis de Alemania. Según el instituto, la moderación de la inflación durante la segunda mitad del presente curso permitirá que los ingresos reales de los hogares alemanes aceleren por encima del ritmo de los precios. La evolución de la inflación, en el actual clima de tipo, será acelerada. Según las estimaciones de la entidad, caería hasta el 2,1% a finales de 2024, frotando el umbral de equilibrio marcado por el Banco Central Europeo.

Sectores limitados
El contexto macroeconómico y el lento adelanto de la economía alemana ante sus competidores continentales pesará, según el instituto, sobre algunos de los principales sectores empresariales. Un ejemplo será la construcción: las duras condiciones de crédito impuestas por el Banco Central Europeo limitan la adquisición de inmuebles vía hipoteques, el que provocará que la «debilidad» de las empresas que se dedican se mantenga durante el 2023. Mejores perspectivas tienen los negocios manufactureros, que encara afectados por cuellos de botella globales, ven en la elevada demanda interna una salida a sus problemas de facturación. Justo es decir, empero, que la industria muestra a los principales mercados europeos una clara ralentización en su capacidad económica.
Fragilidad laboral
El retorno de la salud del mercado laboral europeo es uno de los principales argumentos de la recuperación de la Unión en la salida de la pandemia y de la crisis de precios. Aun así, según el Ifo, Alemania puede ir en un sentido contrario. Una recesión más duradera «dejaría su impronta» en la estructura del trabajo de la república federal, con una clara ralentización de la contratación. Según las previsiones de la entidad, los nuevos contratos se quedarían por debajo de los 380.000 el 2023, unos 200.000 menos que el 2022. El 2024 seria, prevén, todavía peor: unas 121.000 incorporaciones al mercado laboral. De este modo, el paro en Alemania se mantendría por encima del 5% durante los dos ejercicios, en un 5,5% este año y un 5,3% a finales de 2024.