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Los principales afectados por los aranceles de Trump se preparan para asumir el golpe

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca comienza a afectar la política internacional de las principales potencias alrededor de los Estados Unidos, incluso antes de hacerse efectivo. Su promesa política arancelaria, con barreras comerciales del 10% sobre China -entre otros- y del 25% con los socios del tratado norteamericano, ya han despertado las resistencias -en sentido opuesto- de los países afectados. Mientras que China evitará los agravios de la guerra comercial con una mayor apertura de muchos de los productos clave de sus cadenas de valor, Canadá espera convencer a la nueva administración de que las tasas a la entrada de mercancías a la federación «no serán necesarias», dado que el control de fronteras se hará efectivo.

La respuesta de Pekín ha concretado una estrategia opuesta a la de Trump. Tal como han anunciado este mismo sábado, las autoridades locales «ajustarán» a la baja los aranceles que imponen sobre cerca de un millar de productos, servicios y materiales en busca de un impulso a la demanda de las empresas nacionales. Con este movimiento, el gobierno de Xi Jinping busca «mejorar la sinergia entre los mercados» internos y externos. Así, prepara condiciones «más favorables» a sus aliados, tal como ha detallado la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado del país.

Los productos para los cuales se facilitará el comercio son diversos, y de verticales diferentes: van desde el vino hasta los polímeros, pasando por material tecnológico, aleaciones utilizadas en la industria biomédica o materiales reciclados de aluminio y cobre «con el objetivo de promover el desarrollo verde y de carbono». Por otro lado, intentará controlar algunos alimentos de base azucarada «de acuerdo con el desarrollo de las industrias nacionales y los cambios en la dinámica de la oferta y la demanda». Así, el ejecutivo del gigante asiático se consolida como referencia en las decenas de países y regiones con las que opera dentro de un tratado comercial, y apuesta por «expandir su red de libre comercio de alto nivel» frente al proteccionismo de Washington.

El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau / EP
El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau / EP

Canadá busca la paz

El gobierno canadiense del liberal Justin Trudeau ya ha enviado dos misiones negociadoras al complejo residencial de Mar-a-Lago, en Florida, que sirve de base de operaciones para el liderazgo del Partido Republicano antes de que el 20 de enero se haga efectivo el traspaso de poderes. El ministro de Finanzas, Dominic LeBlanc, y la de Exteriores, Melanie Joly, se han reunido con los secretarios de Comercio y de Exteriores propuestos por Trump, Howard Lutnick y Doug Burgum, según ha informado la agencia norteamericana Bloomberg. En el encuentro, los dos miembros del Consejo de Ministros canadiense pusieron sobre la mesa un plan fronterizo para detener a los «migrantes que pasan a los Estados Unidos con fentanilo». Cabe recordar que la amenaza del líder conservador hacia sus vecinos -también México- venía motivada por los flujos migratorios y la supuesta entrada de narcóticos al país al norte y sur, y no tanto por un agravio comercial como el que identifica a China.

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