El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, continúa imponiendo su voluntad, también sobre las empresas estadounidenses. Según ha informado el Financial Times, la administración ha llegado a un acuerdo con los dos grandes fabricantes de chips de memoria, Nvidia y AMD, que les permitirá vender sus productos en China a cambio de un 15% de la facturación en el país. Con este movimiento, Trump garantiza una nueva fuente de ingresos para el tesoro de Washington; y concede una tregua en la guerra de las tecnologías estratégicas con Pekín que inició su predecesor en el cargo, Joe Biden, quien impuso controles estrictos a la venta de los chips más avanzados a compradores chinos. Se trata de la primera vez en la historia que una empresa estadounidense debe pagar una cantidad a su propio gobierno para acceder a un mercado extranjero.
Trump continuó el camino que inició el líder demócrata y, de hecho, avanzó sustancialmente. El pasado mes de abril, optó por endurecer aún más los controles de ventas de chips de alta capacidad a compradoras chinas. De hecho, prohibió directamente la comercialización del modelo H20 de Nvidia, un hardware diseñado específicamente para el mercado chino, que evitaba las regulaciones aplicadas por Biden. El golpe también afectaba a su competencia directa, AMD, que ha visto cómo la demanda de sus chips MI308 ha crecido en el gigante asiático. Ahora, a cambio de parte de su facturación, podrán venderlos sin barreras. Según fuentes financieras, el pago al erario público no supone un problema especialmente grave para las dos operadoras, dado que sus márgenes en operaciones en China son de más del 50% y, por lo tanto, continúan alcanzando beneficios importantes de cada acuerdo comercial. Aun así, el mercado ha castigado ambos valores con retrocesos del 1% y el 2% respectivamente en las primeras horas tras el anuncio.

La guerra comercial que continúa
La concesión forma parte de la disputa que aún mantienen Estados Unidos y China por los aranceles. Cabe recordar que el primer paquete de tarifas de Trump hacia las empresas chinas fue de más del 200%, prohibiendo a todos los efectos el comercio con el país; y la respuesta del gobierno de Xi fue igualmente dura, con tasas del 125% y una prohibición total de ventas de tierras raras a compradores estadounidenses. Este tira y afloja dejó como víctimas colaterales a las empresas estadounidenses: para evitar la guerra abierta, las partes acordaron eliminar los aranceles a los chips utilizados para la inteligencia artificial.
El acuerdo ha llegado tras la reunión que el mandatario neoyorquino mantuvo la semana pasada con el CEO de Nvidia, Jensen Huang. El encuentro sirvió para enterrar el hacha de guerra que ambas partes habían levantado en los últimos meses. El secretario de comercio del gobierno federal, Howard Lutnick -una de las autoridades económicas más cercanas a Trump dentro del ejecutivo- acusó a la compañía de ofrecer tecnologías que servían de «potente acelerador de las capacidades de China hacia la IA»; hasta el punto que llegarían a aplicarse en el ámbito militar. Huang negaba estas acusaciones, y así lo trasladó al presidente en un encuentro en el Despacho Oval que desbloqueó la situación.