El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, esperó hasta la noche para hacer su anuncio del Día de la liberación. Como con cualquier comunicado económico impopular, el inquilino de la Casa Blanca no lanzó su propuesta de aranceles universales hasta que las bolsas no estaban cerradas y bien cerradas. Con los principales índices estadounidenses sin actividad, las primeras víctimas bursátiles de las barreras comerciales han sido europeas. Ahora bien, a las 9.30 de la costa Este -alrededor de las 15.30 en Cataluña- las bolsas de Nueva York abrieron con caídas históricas. El índice Dow Jones perdió más de 1.500 puntos en menos de hora y media, mientras que el S&P 500 se dejó un 3,9% de su cotización global. Incluso la cartera tecnológica del Nasdaq sintió el impacto de Trump. Mucho más que el resto, de hecho, con un retroceso superior al 5%. Washington, pues, ya sufre en casa las primeras heridas de la guerra comercial.
A pesar de que los primeros mercados bursátiles europeos fueron los primeros en notar el huracán de los aranceles, ninguno de ellos cayó con la contundencia de los principales selectivos de Nueva York. Los que más sufrieron, dentro de las grandes economías comunitarias, fueron el DAX 40 alemán y el FTSE MIB italiano, con caídas del 3,2%. Ambas economías están entre las más expuestas a los Estados Unidos, con ratios exportadoras al país mucho más elevadas que en el resto del continente. El CAC 40 francés también cayó con contundencia, pero sus pérdidas se quedaron por debajo del 3%. El Ibex-35, por su parte, es el que mostró una salud más sólida, con una pérdida ligeramente superior al 1,1% mitigada, al contrario que en los dos primeros casos, por la baja ratio de exportaciones españolas hacia los EE.UU.

Golpe económico
Según los principales analistas financieros a ambos lados del Atlántico, buena parte de la diferencia proviene de la narrativa que se había establecido en cada región sobre los posibles aranceles. Las grandes economías europeas esperaban la entrada en vigor de aranceles de carácter universal, y buena parte del costo de los mismos ya se había descontado. Entre los inversores estadounidenses, la posibilidad aún quedaba lejana. En declaraciones a la cadena CNBC, la jefa de estrategias de inversión del fondo Sanctuary, Mary Ann Bartels, describía la decisión de Trump como «el peor escenario posible en términos de aranceles». «El mercado no había puesto precio a estas tarifas, y por eso estamos viendo una reacción tan extrema», detallaba la inversora.
Las perspectivas, además, no son nada halagüeñas. En la apertura de la jornada, los analistas estadounidenses aseguraban que la cifra clave en el índice industrial S&P500 eran los 5.500 puntos. «Si no puede aguantar en este nivel, habrá una caída de entre un 5 y un 10% adicional», argumentaba la misma Bartels. El selectivo, dos horas después de la apertura, ya ha caído hasta los 5.435 puntos, la cifra más baja en el último año. Además, el motor que ha mantenido el impulso de las bolsas neoyorquinas desde el inicio de la pandemia, la tecnología, tiene las peores perspectivas de toda la economía estadounidense. Tres de las siete magníficas -Apple, Tesla y Nvidia- están entre las multinacionales que más han caído, con un 9%, un 3,5% y un 5% respectivamente. Nada hace pensar, además, que el impacto pueda ser momentáneo. «No hay signos de que la venta masiva que estamos observando deba rebotar durante el resto de la jornada», aseguran los analistas del portal especializado MarkwtWatch.