La Unión Europea ha aprobado este miércoles la lista de aranceles contra los productos estadounidenses que afectarían un total de 93.000 millones de euros en caso de que Bruselas no llegue a un acuerdo comercial con Washington antes del 1 de agosto. Aunque en las últimas horas se ha hecho público que la UE está ultimando un acuerdo con el que se establecerían unos aranceles generalizados del 15% para evitar los del 30% anunciados por Trump, desde Bruselas se preparan “para todos los escenarios”.
De esta manera, los 27 han aprobado unificar los dos paquetes de contramedidas preparadas para responder a los aranceles proteccionistas de Trump. Esta nueva lista incluye la respuesta que la UE ya acordó como represalia a los aranceles del hierro y el acero que Trump anunció al inicio de su mandato. Además, se le suman gravámenes a más de 5.000 artículos estadounidenses como respuesta a los aranceles que el republicano anunció durante “el día de la liberación” que finalmente se han establecido en el 30% a partir del 1 de agosto. La fusión de estos dos paquetes ha sido aprobada este jueves por los estados miembros, y comenzará a aplicarse a partir del 7 de agosto si no se finaliza un acuerdo comercial con los EE. UU.
La preferencia de la Unión Europea desde el inicio de esta guerra arancelaria ha sido la de llegar a un acuerdo con Trump, un camino que no se descarta hasta el último momento. En las últimas horas el portavoz de la Comisión Europea de Comercio, Olof Gill, ha asegurado que “el acuerdo está al alcance”. Aunque no se podrían evitar los aranceles completamente, se podrían rebajar a un 15%.

La UE, preparada para todos los escenarios
Este acuerdo, sin embargo, aún no se puede dar por cerrado, ya que la última propuesta está ahora sobre la mesa de Donald Trump a la espera de saber cuál es su respuesta.
Si este pacto falla, la Unión Europea asegura que “está preparada para cualquier escenario”. Este fracaso, sin embargo, dejaría a Europa en una situación desfavorable en cuanto a alianzas comerciales, después de que la visita de Ursula von der Leyen a China de este jueves termine sin acuerdo comercial.
El retorno de Donald Trump a la presidencia de los EE. UU. forzó un acercamiento entre Bruselas y Pekín, pero las tensiones comerciales por los subsidios del gobierno de Xi Jinping a empresas chinas y su complicidad con Rusia han mostrado de nuevo el distanciamiento entre las dos partes. «A pesar de nuestras diferencias -que las tenemos-, podemos encontrar soluciones pragmáticas», ha afirmado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, una vez finalizada la cumbre, que se ha cerrado sin declaración conjunta a pesar de que es lo habitual en estas citas.