La administración liderada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, continúa manipulando la acción monetaria de la Reserva Federal. En una entrevista con el programa digital All-In Podcast, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha planteado abandonar los objetivos internacionales de inflación que marcan la política de los institutos emisores: el 2% de inflación a medio plazo. Bessent ha abierto esta puerta para explorar el cambio -extremadamente profundo en cuanto a las decisiones que tendrían que tomar los gobernadores de la Fed- una vez el país haya vuelto al umbral de estabilidad de precios. Según datos de la agencia estadística del Departamento de Trabajo del país, el IPC cerró noviembre con una subida de dos décimas, hasta el 2,7%. A pesar de la subida, el retorno a la normalidad -o a la actual versión de la normalidad- «está a la vista», ha argumentado.
Cuando la cesta de precios de los Estados Unidos vuelva a la estabilidad, Bessent cuestiona si «es más inteligente tener un rango» como objetivo, y no un punto fijo de la curva de precios. «La certeza de un punto decimal es simplemente absurda», ha argumentado, situando este hipotético nuevo objetivo entre el 1 y el 3%, o entre el 1,5 y el 2,5%. «Sería apropiado tener una conversación muy sólida sobre la cuestión», declaró en el podcast especializado.

Más de una década del 2%
La Reserva Federal adoptó el objetivo monetario del 2% en el año 2012, para igualarse a las hojas de ruta de la mayoría de bancos centrales de su entorno. El primer banco en adoptarlo fue el Banco de Nueva Zelanda, en el año 1992; y le han seguido el resto de grandes actores monetarios, en tanto que se percibe como una meta que equilibra las preferencias de los acreedores y los deudores a la hora de poner precio a la financiación. Cabe recordar que, a diferencia del BCE y similares, la Fed no solo guía su política monetaria por el control de la inflación. Washington tiene un mandato dual, y debe cuidar de la salud de los precios tanto como del mercado laboral. En este sentido, una renuncia como esta podría ser menos grave que en otros institutos emisores, que sí tienen el 2% como única estrella del norte.

