Italia matiza ahora el llevar impuesto sorprendida a la banca. El agresivo gravamen anunciado por el vice primer ministro Matteo Salvini, que tiene como objetivo los «beneficios extraordinarios» del sector financiero del país mediterráneo, estará finalmente ligado en corto. Las primeras declaraciones del mandatario apuntaban a una tasa del 40% del margen limpio de intereses de las entidades para limitar las ganancias relacionadas con las subidas de tipos. Si bien la definición del impuesto se mantiene, la recaudación tendrá un tope definido: el 0,1% de los activos totales de cada entidad.
El ministerio de economía y finanzas del país mediterráneo, dirigido por Giancarlo Giorgietti, aseguró en un tardío comunicado la noche de martes que el objetivo de la medida es «salvaguardar la estabilidad de las entidades bancarias». De este modo, todo y el encendido discurso de Salvini, el ejecutivo de Giorgia Meloni limitará finalmente la aportación de cada una de las entidades a este 0,1% de sus activos totales.
Límites al impuesto
La base imponible de la tasa queda, además, limitada a las ganancias extraordinarios por intereses. Así, el Estado cobrará un 40% del margen de intereses más elevado entre el del 2022 y el del 2023. Aun así, solo lo aplicará sobre la parte de este margen que supere en un porcentaje mínimo la recaudación del 2021 –en un 5% si es lo del 2022 y en un 10% si se trata del del ejercicio actual–. De este modo, el ministerio financiero pone aro a un tipo que Salvini describía como «una norma de equidad social».
Una de las principales acusaciones del vice primer ministro era que, si bien la gran banca italiana recaudaba mucho más en concepto de intereses, no había aumentado la remuneración de los depósitos a un ritmo de acuerdo con la realidad monetaria –como recomendó el ejecutivo el pasado mas de febrero–. Así, según el comunicado del ministerio de Finanzas, aquellos bancos que sí que hayan equilibrado la remuneración del ahorro no se verán afectados por el nuevo impuesto.
Reculada a bolsa
El anuncio sorprendida de la nueva tasa, que ya se había descartado durante el primer semestre del año, supuso una importante vez para la banca italiana y para la del conjunto de la Unión Europea. Después de la comparecencia de Salvini, grandes entidades financieras del país transalpino comenzaban la jornada a la bolsa de Milà con caídas de valor superiores al 7%, con Unicredit o BPER Banca como protagonistas. El retroceso de las acciones de estos gigantes financieros supusieron la pérdida de más de 8.500 millones en capitalización al conjunto del sector.


