Washington no mujer su brazo a torcer todo y los movimientos de Frankfurt y Londres. La Reserva Federal aleja todavía más las bajadas de tipos de interés que ya han aplicado tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Inglaterra; así como otros grandes reguladores monetarios occidentales, como por ejemplo los bancos centrales del Canadá o Suiza. En una comparecencia ante el Congreso, el presidente del organismo Jerome Powell ha constatado «cierta confianza» en la rebaja de la inflación al país, si bien asegura necesitar «más datos» para constatar la tendencia. Durante el mes de junio, hay que recordar, el index de precios de consumo en los EE. UU. cayó dos décimas, hasta el 3,1%, lejos encara del umbral objetivo de la política monetaria, situado en los dos puntos.
Estos datos, que cierran el segundo trimestre, «no inspiran la mayor confianza» necesaria, a parecer de Powell, para optar por una bajada de tipo de interés. Las ratios establecidas por el instituto emisor de Washington se quedarán, según las previsiones que emanan de las declaraciones del presidente, entre el 5,25 y el 5,5% donde se encuentran desde el pasado invierno. Así, la tendencia actual no es todavía suficiente para confiar en el rendimiento de la economía de los EE. UU., a pesar de que el banquero asegura que el camino es el correcto. «La cuestión es si estamos bastante seguros que la inflación se está reduciendo de forma sostenida hasta el 2%. No estoy todavía preparado para decirlo», insistía el dirigente. De este modo, e imitando la tendencia de la presidenta del Banco Central Europeo Christine Lagarde, su homólogo norteamericano defiende mantener una aproximación «reunión a reunión», sin dar pistas a los mercados sobre cuando llegará el aligeramiento de la política monetaria. Una actitud demasiado laxa, en sus ojos, generaría «cierta inercia» negativa para el estado de los precios.

Endurecimiento cuantitativo
Más allá de la gestión monetaria, Powell también ha reprochado cuentas ante el Congreso de la reducción del balance de la Fed, que se está deshaciendo de los títulos hipotecarios y del Tesoro acumulados durante la pandemia para garantizar la liquidez de las arcas públicas del mundo financiero. El retorno a la normalidad en este ámbito, asegura el presidente, pide un «largo trabajo». «Hemos retardado el ritmo con vistas de llegar tan lejos como se pueda sin crear ficciones y perturbaciones»; argumenta el banquero, justificando la menor salida de activos. «Ir algo más lento nos permitirá llegar más lejos», concluye.