El Banco Central Europeo (BCE) ha puesto fin a la rebaja de los tipos de interés del último año y los ha congelado en el 2%. La entidad ha cumplido los pronósticos de los mercados y se da un poco de margen de maniobra en un contexto de tensiones comerciales. La Unión Europea y los Estados Unidos están en la fase final de las negociaciones de un nuevo acuerdo arancelario para poner fin a la guerra comercial iniciada por Donald Trump a principios de año. Sin embargo, la decisión del Consejo de Gobierno del BCE mantiene los tipos de interés en su nivel más bajo desde finales de 2022.
Además de mantener los tipos de interés de referencia —desde septiembre de 2024 se utiliza el que se aplica a los bancos que depositan dinero en el BCE—, la entidad también ha congelado los otros dos tipos: el básico se queda en el 2,15% y el de préstamos inmediatos continúa en el 2,4%. La decisión del Consejo de Gobierno del BCE no ha sorprendido a los mercados, ya que la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, ya dijo después de la última reunión que se acercaba un “fin de ciclo” en la estrategia de relajación de la política monetaria impulsada durante el último año y que ha servido para encadenar ocho rebajas consecutivas.
En el comunicado que se ha emitido este jueves por parte del organismo después de la reunión del Consejo de Gobierno, el BCE destaca que la evolución de la economía en la eurozona «certifica» las valoraciones de la entidad sobre las perspectivas de inflación que se tenían. En el comunicado emitido este jueves posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, el organismo destaca que la evolución de la economía en la eurozona «certifica las valoraciones del BCE sobre las perspectivas de inflación». «Gracias en parte a las anteriores rebajas de los tipos de interés, la economía en conjunto ha demostrado hasta ahora una capacidad de resistencia en un entorno internacional difícil», apunta la entidad.

Un «fin de ciclo» de la relajación de los tipos
Aunque las presiones inflacionarias internas se han continuado relajando, el BCE recuerda que el contexto actual continúa siendo «excepcionalmente incierto», debido especialmente a las «disputas comerciales» que rodean el comercio internacional. En este sentido, el BCE reitera que «no se compromete por adelantado» a ningún camino concreto sobre los tipos, y las decisiones se adoptarán en cada reunión.
Esta decisión del Banco Central Europeo está en línea con las declaraciones de su presidenta, Christine Lagarde, que apuntó a un «fin de ciclo» en la estrategia de relajación en política monetaria del último año, donde se han producido hasta ocho rebajas.
De hecho, Lagarde subrayó que el banco central se encuentra en «una buena posición» para navegar ante la «incertidumbre» que presenta el conflicto arancelario. Así, el BCE estará atento a las negociaciones entre Bruselas y Washington de cara a su próxima reunión prevista para septiembre, cuando se espera que las conversaciones entre la UE y EE. UU. para un acuerdo comercial hayan finalizado.