La tensión comercial entre China y Estados Unidos sigue aumentando. Este viernes, el Ministerio de Finanzas chino ha anunciado un incremento de los aranceles a los productos estadounidenses del 84% al 125%, en respuesta directa a la última medida impulsada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, quien ayer elevó los gravámenes a las importaciones chinas hasta el 145%. La medida china entrará en vigor este sábado 12 de abril y supone un nuevo capítulo en la guerra comercial que ambos países mantienen desde que el republicano regresó a la Casa Blanca.
El enésimo intercambio de represalias comerciales
La reciente escalada de tensiones comerciales comenzó este 2 de abril, en el llamado Día de la Liberación estadounidense, cuando Trump anunció una batería de aranceles «recíprocos» contra medio mundo. Aunque más tarde el republicano ofreció una moratoria de 90 días para aplicar los aranceles más elevados a la mayoría de países con los que mantiene relaciones comerciales, Pekín no formó parte de esta tregua. El gigante asiático sigue siendo el principal objetivo de la política arancelaria de la administración estadounidense, y es, con diferencia, el país más expuesto al aumento de tarifas comerciales. Estas incluyen un extra del 20% por la cuestión del tráfico de fentanilo, sustancia clave en la estrategia de Washington para presionar a su rival hegemónico.

La respuesta china ha sido inmediata y contundente. El Ministerio de Finanzas chino ha emitido un comunicado donde condena las acciones de Estados Unidos, calificándolas de “grave violación de las normas económicas internacionales” y acusando a Washington de llevar a cabo prácticas comerciales “unilaterales, intimidatorias y coercitivas”. Según Pekín, la hostilidad arancelaria de la Casa Blanca va en contra del sentido común y del respeto a las leyes básicas de la economía mundial. Con el enésimo intercambio de represalias, las dos potencias refuerzan sus posiciones en una confrontación comercial que parece lejos de terminar. Paralelamente a la batalla arancelaria entre las dos principales economías mundiales, las incertidumbres sobre una recesión global siguen aumentando, generando inestabilidad en bolsas y mercados internacionales.
Sánchez lo observa desde Pekín
El anuncio de la respuesta china ha coincidido con la visita del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a Pekín, donde se ha reunido con Xi Jinping. Sánchez se ha mostrado a favor de un acercamiento entre Europa y el gigante asiático, haciendo caso omiso de las recientes declaraciones del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien consideraba que la estrategia es «como cortarse el cuello». «España ve a China como socio de la Unión Europea», ha afirmado el presidente español, quien ha recibido el agradecimiento de su homólogo chino.