China sostiene el pulso de Donald Trump y entra en la guerra comercial. El ministerio de Finanzas del gigante asiático ha informado este mismo viernes que impondrá aranceles del 34% como represalia por la política comercial anunciada por la Casa Blanca el pasado miércoles. La cifra refleja la que anunció Trump en su rueda de prensa del Día de la liberación. Cabe recordar que el cálculo no era consistente con las tarifas entre países, sino que se calculaba de acuerdo con las importaciones totales y el déficit comercial entre estados. La medida entrará en vigor el próximo día 10 de abril. Con esta respuesta, Pekín se adelanta a Bruselas, que permanece indiferente ante la agresión comercial de Washington. El presidente del gobierno español Pedro Sánchez anunció el pasado jueves que la jefa del ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, comparecerá durante los próximos días para anunciar el plan de la CE.
Los comunicados del gobierno chino, cabe decir, no señalan a Trump como causante del conflicto. En una circular que ha adelantado la agencia Reuters, el ministerio de Comercio del país asegura que implementará un «control de las exportaciones en productos relevantes» de acuerdo con sus estrategias comerciales. La nueva norma permite «salvaguardar los intereses nacionales y la seguridad local, y cumplir con los requisitos internacionales de no proliferación». Sin embargo, ha llevado más allá el cuerpo a cuerpo con Washington, y ha anunciado que añadirá hasta 11 nuevas entidades norteamericanas a la lista de agentes «no fiables» para sus empresas y administraciones. En adelante, Pekín podrá tomar «acciones punitivas» contra estas organizaciones.

Discurso triunfalista
El movimiento de China contradice el discurso triunfalista que Donald Trump ha mantenido en las últimas semanas. Esta misma mañana, de hecho, el presidente ha declarado desde el avión presidencial, el Air Force One, que los aranceles otorgan al país una ventaja negociadora sobre el resto de países, especialmente sobre China. En concreto, Trump esperaba que las nuevas fronteras comerciales sirvieran para acelerar la venta de TikTok a un operador norteamericano. «Si nos ofrecen algo fantástico, entonces podemos negociar», aseguraba el comandante en jefe. El gobierno de Xi Jinping, sin embargo, ha dado un giro a las expectativas del Despacho Oval, y deja ver que buscará el cuerpo a cuerpo con la gran potencia norteamericana. La administración aún no ha hecho ningún comentario respecto a la respuesta china. El presidente Trump, según han informado los servicios de comunicación de la Casa Blanca, no está disponible a primera hora porque se encuentra celebrando un torneo de golf en Florida, en su complejo de Doral.