La vicepresidenta primera del gobierno español y ministra de Asuntos Económicos Nàdia Calviño asegura contar con «fuertes apoyos» para su candidatura a presidir el Banco Europeo de Inversiones –si bien no ha querido hacer públicos cuáles son–. El perfil de Calviño al frente del BEI es una de las grandes apuestas de Pedro Sánchez para alargar la sombra del Estado a las estructuras de toma de decisiones económicas del continente.
Diversas figuras relevantes de las carteras económicas de los principales ejecutivos de la Unión han alabado en las últimas jornadas el perfil de Calviño y su ensambladura como dirigente del Banco Europeo. Es el caso de Bruno Le Maire, ministro de finanzas francés, que la pasada semana destacó la figura de la ministra de asuntos económicos española a una reunión a Santiago de Compostela. También lo hizo Christian Lindner, ministro de finanzas alemán. Ninguno de los dos mandatarios –ambos de perfil liberal– han querido, empero, explicitar el sentido concreto de su apoyo.
Contienda financiera
La decisión final, pero, recaerá sobre el ministro de finanzas belga, Vincent van Peteghem, que ocupa la presidencia de turno del consejo de gobernadores del BEI. La gran rival de Calviño por suceder Hoyer es, a estas alturas, Margret Vestager, liberal danesa y comisaria europea de competencia. También optan al primer asiento de las inversiones comunitarias la actual vicepresidenta del banco, la polaca Teresa Czerwinska; el también vicepresidente y CEO de la asociación sueca de banqueros Thomas Östros y el director general del Banco de Italia Daniele Franco.
Para lograr la presidencia, Calviño necesita el apoyo de un mínimo de 18 estados miembro, así como del 68% del capital del banco. La aportación de cada estado miembro depende de su contribución al PIB comunitario. Por lo tanto, el apoyo de las principales economías del continente es más valioso a efectos de esta elección que lo de los mercados más modestos. Así, las buenas palabras de Francia o Alemania y la adhesión española podrían desequilibrar la balanza a favor de Calviño.