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Bruselas ve lejano el acuerdo con Pekín por los aranceles al coche eléctrico

La escaramuza comercial entre la Unión Europea y China por el vehículo eléctrico continúa sin muestras de apaciguamiento. Tras el establecimiento por parte de Bruselas de los nuevos aranceles a los coches de propulsión alternativa fabricados en el gigante asiático -respondido desde Beijing con tarifas a la importación de bienes de lujo desde Europa, por ejemplo- la Comisión Europea y el gobierno de Xi Jinping han mantenido conversaciones y reuniones que, por ahora, no han dado ningún fruto. Así lo ha explicado el vicepresidente económico del ejecutivo comunitario, el conservador lituano Valdis Dombrovskis, tras un encuentro telemático con el ministro de comercio de China, Wang Wentao. En palabras de Dombrovskis, el intercambio ha servido para constatar las «importantes diferencias» que aún frenan un pacto «mutuamente aceptable» para resolver el conflicto con la nueva industria de la automoción.

El portavoz de comercio de la Comisión Europea, Olof Gill, ha celebrado que ambos mandatarios hayan «hecho balance» de las anteriores reuniones, si bien con ello han quedado claras las «importantes diferencias pendientes» que aún conservan. De hecho, Dombrovskis ha recibido con cierta agresividad las contramedidas chinas por los aranceles de la CE: a juicio del vicepresidente, las preocupaciones de Beijing sobre posibles conflictos de competencia en el sector del brandy, los lácteos o el porcino son «completamente infundadas». A pesar de las brechas, el lituano ha querido «reafirmar su compromiso político» para llegar a un punto de entendimiento -uno necesario, cabe recordar, para revitalizar, por ejemplo, la actividad de la industria automovilística alemana en el gigante asiático, uno de sus grandes mercados objetivo-. Así, ha concertado con Wang una nueva reunión «pronto». Aun así, abre la puerta a pactar nuevas condiciones directamente con las empresas, tal como contempla la normativa de la Organización Mundial del Comercio, en caso de que el gobierno de Xi no ceda.

Imagen de archivo del vicepresidente económico de la UE, Valdis Dombrovskis / Álvaro Ballesteros - Europa Press
Imagen de archivo del vicepresidente económico de la UE, Valdis Dombrovskis / Álvaro Ballesteros – Europa Press

Detrás de los aranceles

Los ritmos del acuerdo, cabe decir, se han acelerado desde la aprobación por parte de los 27 de los aranceles definitivos al vehículo eléctrico chino, ahora alrededor del 45%, como respuesta a las importantes inversiones públicas realizadas por Beijing entre sus operadores. Así, Dombrovskis y Wang buscan una «alternativa» que suspenda la batalla comercial, especialmente ante la oposición de varios mercados comunitarios que se encuentran entre los más relevantes. Es el caso de Alemania o Hungría, especialmente preocupados por la penetración de sus productos en el mercado chino; pero también del Estado, que se abstuvo en la votación, pero que, desde la amenaza al sector porcino, ha bajado aún más su tono respecto a la necesidad de aplicar medidas proteccionistas a sectores estratégicos del continente.

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