Un día después del anuncio de un acuerdo arancelario entre Estados Unidos y la Unión Europea, la Comisión Europea ha salido a defenderlo asegurando que “es el mejor acuerdo que se podía lograr ante las difíciles circunstancias”. En una rueda de prensa celebrada este lunes, el comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, explicó que la reunión comenzó con una imposición de gravámenes del 30%, y que finalmente se pudo cerrar con unos aranceles del 15% a una mayoría de productos de la Unión Europea.
“Una guerra comercial puede ser atractiva para algunos, pero conlleva consecuencias graves. Con aranceles de al menos el 30%, la relación comercial transatlántica prácticamente se detendría”, explicó Šefčovič. En este sentido, los actuales gravámenes del 15% afectarán a alrededor del 70% de las exportaciones de la unión de los 27.
«Es evidente que el mundo de antes del 2 de abril -el día que Trump anunció la lista de aranceles- no existe. Necesitamos adaptarnos, abordar los retos que han surgido desde una nueva perspectiva, y creo que la cooperación estratégica con nuestro socio comercial es un mejor resultado que una guerra comercial total», insistió Šefčovič.
Desde la Comisión Europea admiten que el arancel del 15% no es el escenario «ideal» para las empresas europeas, pero aseguran que es «asumible”: «El 15% no debe subestimarse, pero es lo mejor que podíamos haber conseguido», admitió el domingo por la noche la misma Von der Leyen después de firmar el acuerdo con Trump.

Además, el cierre de este pacto ha hecho que las empresas productoras y exportadoras vean el futuro con más certeza que anteriormente, cuando aún no estaba claro cuál sería el arancel final; lo que ha hecho que las bolsas europeas comiencen la jornada del lunes con un impulso conjunto que no se veía desde hacía cuatro meses.
Más inversión y energía norteamericana
En cuanto a los detalles del pacto, los gravámenes del 15% se aplicarán a la «mayoría de sectores», incluidos los semiconductores, los automóviles o los productos farmacéuticos. El acuerdo también incluye eliminar los aranceles a «algunos productos estratégicos», entre los cuales están los aviones y sus componentes, algunos productos químicos, equipos de semiconductores, ciertos productos agrícolas, y recursos naturales y materias primas críticas.

Además de aceptar los aranceles del 15%, la Unión Europea también se ha comprometido a incrementar sus compras de combustible norteamericano. Según detalló Ursula von der Leyen, la presidenta de la CE, el compromiso es que la UE haga compras de gas natural licuado, petróleo o combustibles nucleares por un valor de 750.000 millones de dólares durante el mandato de Trump. No obstante, las mismas fuentes han matizado que quien compra energía «no es la UE», sino las empresas, y que, por tanto, más que un compromiso, es una «intención». «Podemos ayudar en la demanda agregada, estudiar los cuellos de botella, pero tendrá que ser comprada -la energía- por empresas privadas», concretó un alto funcionario comunitario.
La misma situación se da con el compromiso de inversiones por valor de 600.000 millones de dólares. Desde el ejecutivo comunitario han reiterado que se trata también de una «intención». «No es algo que la UE, como autoridad pública, pueda garantizar, se basa en la intención de las empresas privadas», señalaron desde Bruselas.
La Comisión Europea también ha dejado claro este lunes que el acuerdo cerrado con la administración Trump no incluye un compromiso de compra de material militar. En la rueda de prensa posterior a la reunión, el presidente estadounidense aseguró que la UE también se había comprometido a adquirir cantidades «enormes» de material militar norteamericano.